La Crónica de El Mundo publica un artículo de Javier Redondo sobre el pucherazo del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, documentado en el libro 1936. Fraude y Violencia en las elecciones del Frente Popular, de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García, editado por Espasa. Una cuestión decisiva para comprender la Revolución y la Guerra Civil Española, que ya documenté en 2011 en el libro El Tren de la Muerte.
Quien quiera puede pedirme un ejemplar del libro, del que reproduzco aquí cuatro páginas que tocan el tema del pucherazo. Poco después de la publicación del libro (18 de octubre de 2011), traté el tema en un artículo de La Gaceta de los Negocios el 12 de noviembre de 2011, con motivo de la publicación de las memorias de Alcalá Zamora (artículo cuyo tenor reproduzco aquí y que intereconomía tiene colgado sin permiso mío y sin poner mi nombre como autor, cosa que sí, hace, también sin permiso pero con mayor decencia, Españoles con duende:
El Frente Popular dio un ‘pucherazo’ para ganar las elecciones de febrero de 1936
12 NOVIEMBRE, 2011
Se publica el original de las Memorias de Alcalá-Zamora. Para el editor, lo sucedido fue un “golpe de Estado parlamentario”. Los documentos aparecieron en 2008.
Santiago Mata. Bajo el título de Asalto a la República, el próximo jueves sale a la venta el primero de los tres volúmenes de las Memorias robadas del que fuera primer presidente de la Segunda República (11 de diciembre de 1931 – 7 de abril de 1936), Niceto Alcalá-Zamora y Torres. Publicadas por La Esfera de los Libros, las Memorias han sido editadas por Jorge Fernández-Coppel, y el primer volumen lleva un prólogo del historiador Juan Pablo Fusi y epílogo de José Alcalá-Zamora, nieto del ex Presidente.
La principal aportación historiográfica de este primer volumen consiste en documentar los apaños con que el Frente Popular falsificó el resultado de las elecciones del 16 de febrero de 1936, consideradas como las últimas democráticas antes de las de 1977.
Coruña y Cáceres
Se suele dar por válido que el Frente Popular ganó las elecciones de 1936 por un margen del 1% que la ley electoral –que daba dos tercios de los diputados al partido mayoritario y un tercio al minoritario– convirtió en abultada victoria. El centrista Manuel Portela Valladares, al que Alcalá-Zamora había encargado el Gobierno dos meses antes, dimitió sin cumplir la obligación de terminar el cómputo de votos, y el ya proclamado vencedor Manuel Azaña, a partir de 22 de febrero, nombró 46 nuevos gobernadores provinciales (40 de ellos de su partido, Izquierda Republicana).
Alcalá-Zamora constató en sus Memorias que estos gobernadores se encargaron de modificar el resultado electoral al menos en las provincias de La Coruña y Cáceres: “¿Cuántas actas falsificaron? Según la carta que a fines de 1936 tuvo la osadía de dirigirme Portela cuando creyó con error que yo podía favorecerle en una de sus volteretas políticas, sólo se cambiaron los resultados de dos provincias, La Coruña y Cáceres, que eligen 25 diputados. Lo de Cáceres no podía negármelo, ya que el 19 de febrero le pedía salir resucitado ilegalmente en el puesto de la minoría Giral, a quien se proclamaba el 20 el primero de la mayoría”.
Memorias robadas
El ex presidente republicano tuvo que reescribir el anterior texto de Memorias, ya que el original que escribió al suceder los hechos fue robado. Alcalá-Zamora, en efecto, había salido de España el 6 de julio de 1936, dejando sus Memorias en la caja fuerte del Crédit Lyonnais de Madrid, de donde fueron robadas el 13 de febrero de 1937, supuestamente por alguien del entorno del asesino de Paracuellos, Santiago Carrillo.
Las memorias robadas comenzaron a publicarse en el diario valenciano La Hora a partir del 1 de julio de 1937, provocando las iras del entonces presidente Manuel Azaña, al que Alcalá-Zamora convertía en principal culpable, junto con Largo Caballero y Companys, de la Revolución de Asturias de 1934. Irritado, Azaña acudió a su superior en la Masonería, Diego Martínez-Barrio, para que le consiguiera un ejemplar auténtico de las Memorias de su predecesor en el cargo.
Mientras tanto, Alcalá-Zamora recompuso sus Memorias en Pau (Francia) a partir del 8 de marzo de 1940. Estos recuerdos no se publicaron hasta 1977 y, al carecer de documentación, su fuerza era menor que la de los auténticos.
‘Operación León’
Al final de la guerra, un agente franquista se hizo con los documentos y se los quedó. En 2008, alguien se los ofreció a César Vidal por 60.000 euros. Vidal llamó a Jorge Fernández-Coppel y pusieron sobre aviso a la policía, que detuvo al vendedor en la cafetería Rodrigo de Valencia. Zapatero, al ver que con ese testimonio se podía tambalear el tinglado de la Memoria Histórica, vetó hasta hoy su publicación.
Además del pucherazo de las elecciones de 1936, las Memorias de Alcalá-Zamora presentan una explicación de la Revolución de Asturias, y también los argumentos según los cuales su destitución, gracias a la cual Azaña se convirtió en presidente, fue ilegal. Un plato difícil de tragar para quienes manipulan la historia. (FIN)
Carrillo cree en el infierno
En el libro Carrillo cree en el infierno, que publiqué en Amazon con las entradas de blog que escribí por esa época, hay también algunas referencias al pucherazo:
Cruz Laplana, otro obispo mártir sin honra (entrada fechada el 30 de marzo de 2011), refiriéndome al expediente sobre persecución religiosa en Cuenca de la Causa General:
La página 27 que reproduzco deja claro que hubo pucherazo en la segunda vuelta de las elecciones de 1936: en concreto que este honorable gobernador civil se trajo pistoleros de Vallecas para manipularlas. Y que preparó la revolución e incluso no se esperó a la sublevación militar para incautar un millón de pesetas al obispo.
Se confirma el pucherazo de las elecciones de 1936 (entrada fechada el 2 de agosto de 2011, que intereconomía también sin permiso ni firma sigue reproduciendo abusivamente):
Para quienes piensan que la historia ya está escrita, les adelanto que pronto podrá confirmarse el pucherazo de las elecciones de 1936.
Con razón decían los chicos de la Memoria Histórica que no convenía publicar las memorias de Niceto Alcalá-Zamora. Pues bien, ante la presión de la familia, ZP tendrá que aflojar y entregar los documentos que, según persona que los ha visto, confirman que las elecciones de 1936 no las ganó el Frente Popular, es decir, no las ganó si lo que contaran fueran los votos, las ganó porque lo que contó fue el pucherazo que llevaron a cabo en diversas provincias los enviados de Manuel Azaña.
Otra perlita son estas declaraciones que he visto de un comandante de la UME (la Unión Militar Española, no la Unidad Militar de Emergencias cuyo nombre quizá eligió Zapatero para borrar la otra de la historia); en las declaraciones cuenta Arsenio Fernández Serrano, que llegó a general de Infantería, otras muchas cosas. Su declaración debe ser contrastada con la del ayudante de Goded, Carlos Lázaro Muñoz, que en el legajo 1513, expediente 18, folio 3, asegura que la visita al Cuartel de la Montaña tuvo lugar el 28 de febrero, al día siguiente de ser destituido Goded por el nuevo gobierno.
He aquí lo esencial de la declaración de A. F. Serrano:
El 17 de Febrero de 1936, fue acompañando al General Goded al Cuartel de la Montaña, donde estaba destinado el declarante. Allí le dejó, reunido con los Jefes de las tres Unidades de guarnición en el Cuartel, o sean: Coronel del Regimiento de Zapadores, Sr. García Pruneda y el Comandante del Grupo de Alumbrado D. Matías Marco. Se esperaba que en aquella reunión se decidiera un levantamiento para poner remedio a la gravedad política del momento, y al efecto el declarante tenía dispuesta una Compañía de Infantería y unos tanques de Artillería preparados para salir en el acto, y el Coronel Sr. Martínez Zaldívar marchó al Campamento de Carabanchel, como enlace con el Teniente Coronel Álvarez Rementería, que mandaba el Batallón de Zapadores en dicho Campamento. Tras la entrevista del General Goded con los Jefes del Cuerpo del Cuartel de la Montaña, se desistió de la sublevación. Al salir de la reunión el General, que era partidario de iniciar entonces el Movimiento Nacional, expresó al declarante su disconformidad con el acuerdo tomado, diciendo: “Ahora se ganaría. Después costará mucha sangre, y quién sabe el resultado”.
Hasta ahora, se sabía que el 17.2 hubo una reunión entre Goded, Fanjul y Franco, en la que se habló del golpe, pero que yo sepa no había constancia de esto; mejor dicho, no ha habido gente en este país que se tomara la molestia de leer estas declaraciones, hechas en 1939 (están mencionadas, pero por lo que cuenta del asalto al Cuartel de la Montaña).
Aún queda mucho para desmontar la milonga de buenos y malos en que consiste la Ley de Memoria Histórica, pero ahí queda eso para el que quiera ir sabiendo.