Santiago Mata en La Gaceta, 14.4.2008: Odyssey incumplió la obligación de identificar el Cisne Negro.

Odyssey continúa ocultando ‘el Cisne Negro’ La identificación del Cisne Negro como la fragata Mercedes invalidaría la pretensión de Odyssey de haberlo extraído de aguas internacionales


La Gaceta de los Negocios, 14 de abril de 2008, página 51
El turno de los expertos españoles
Odyssey puede haber exportado el tesoro de un único pecio, y podría ser elde la fragata ‘Mercedes’. Ya están en Tampa tres expertos españoles que estudiarán el tesoro para ver de qué barco es.

El viernes, los cazatesoros incumplieron la obligación de identificar ante el juez el buque del que sacaron el tesoro que España reclama.

Santiago Mata

La empresa cazatesoros norteamericana Odyssey Marine Exploration agotó el plazo de un mes que el juez de Tampa le había dado para decir el nombre del barco de cuyo pecio extrajeron el año pasado un tesoro de medio millón de monedas. En lugar de hacerlo, Greg Stemm lanzó un nuevo bote de humo para despistar.

Los únicos datos ciertos respecto al barco expoliado por los cazatesoros es que su cargamento eran monedas españolas y que no estaba situado en aguas internacionales. Odyssey reconoció el primer dato en las licencias de exportación expedidas para la primera parte del tesoro, que las autoridades británicas de Gibraltar, el 10 de abril de 2007, especificaron que exportaba 10.092 escudos y reales españoles. El segundo dato se deduce del registro realizado el día anterior en el juzgado de Tampa, donde dice que los restos del barco están 100 millas al oeste del Estrecho de Gibraltar. Al darse cuenta de que a esa distancia no se puede trabajar sin permiso de los países ribereños —pues la Convención del Mar reconoce una zona económica exclusiva de 200 millas—, en la segunda licencia de exportación, expedida en Gibraltar el 14 de mayo, el representante de Odyssey, Aladar Nesser, afirmó que el pecio está “180 millas náuticas al oeste de Gibraltar”.

Odyssey puede haber exportado el tesoro de un único pecio, encontrado en una fecha precisa, el 30 de marzo de 2007, y ese pecio podría ser el de la fragata Mercedes, hundida en combate con los marinos ingleses frente a la costa portuguesa en 1804. Los expertos consideran más probable que el Cisne Negro recopile un conjunto de expolios realizados a lo largo de nueve años de presencia de los barcos de Odyssey ante la costa española.

Una burda mentira
La pretensión de haber extraído el Cisne Negro en aguas internacionales es una burda mentira que Odyssey jamás sospechó que fuera a ser examinada con lupa. La primera anotación de 100 millas en Tampa no precisa que sean náuticas, y suena a una mecánica aplicación del límite de 100 millas terrestres —statute miles, 160 kilómetros— aceptado por EEUU, que no ha firmado la Convención del Mar. La segunda, con 180 millas náuticas, no sale de la zona económica exclusiva —que, aún sin reconocer, EEUU suele respetar—. Puede ser que Aladar Nesser, ex oficial de la Armada norteamericana, tuviera reparos en añadir hasta un centenar de millas más; pero siempre podrá decir que le hablaron de 207 millas, pensó que eran terrestres, y que como buen marino hizo la conversión a 180 millas náuticas, aunque resulta que al final van a ser 207 millas náuticas para quedar fuera de la zona económica exclusiva.

El 12 de marzo, el juez Pizzo instó a las partes a llegar a un acuerdo extrajudicial, pues de continuar el pleito “no dudará en imponer sanciones”. Mientras que a los cazatesoros les dio un mes para identificar el pecio, a España le dio hasta el 9 de mayo para presentar alegaciones. Pizzo denegó la petición de Odyssey para declarar a puerta cerrada, aunque les dio la posibilidad de señalar qué datos en concreto querían mantener en secreto. Odyssey no utilizó esta posibilidad, ni presentó lo que le pedía el juez. A cambio, Greg Stemm lanzó el viernes un nuevo bote de humo, declarando a El País que si el barco es la Mercedes, entregará parte del tesoro, cuyo valor cifra en 500 millones de dólares, a los descendientes de la tripulación. Como si de un barco privado se tratara.

Stemm no dice al juez qué barco es, pero pretende admitir derechos de descendientes… Distrae así la atención respecto al más importante compromiso válido, el firmado en 2001 por el presidente Clinton, con el que EEUU y España reconocen mutuamente la propiedad de los barcos hundidos que sirvieron a uno de ambos Estados. Si el barco es la Mercedes, o cualquier otro con una carga destinada al Gobierno español de la época, el tesoro no es para los descendientes, sino para el Estado.

Toda mentira tiene plazo de caducidad, y ya están en Tampa tres expertos españoles que estudiarán el tesoro para ver de qué barco es: Rafael Azuar, presidente del Consejo Nacional de Patrimonio —y director del Museo de Arqueología Submarina y Centro de Investigaciones Subacuáticas de Cartagena, Arqua—; Carmen Alfaro, directora del gabinete de Numismática y Medallística del Museo Nacional de Arqueología, y Elisa del Cabo, subdirectora adjunta de la dirección general de Patrimonio, del Ministerio de Cultura. La solución, antes del 9 de mayo.

Cronología de un expolio

18-5-2007
Odyssey presenta en Tampa un tesoro de medio millón de monedas. LA GACETA fue el único medio que ese mismo día informó de que se exportó desde Gibraltar.

31-5-2007
España reclama en Tampa la propiedad del barco hundido, que Odyssey sitúa “100 millas al oeste del Estrecho de Gibraltar”.

1-6-2007
Un juez de La Línea da orden de arresto contra los barcos de Odyssey, que siguen amarrados en la base naval de Gibraltar.

12-3-2008
El juez de Tampa da a Odyssey de plazo hasta el 11 de abril para revelar la identidad del ‘Cisne Negro’ y a entenderse con España.

Publicado en La Gaceta el 14.4.2008, p. 51. Ver en PDF.

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