Santiago Mata, 1.3.2016. En la misa a la que acabo de acudir nos ha comunicado el sacerdote que en la noche del 29 de febrero hubo una profanación en la Parroquia de San Simón y San Judas de Orcasitas, ya que quienes entraron por la noche se llevaron la Eucaristía.
Pensé que el sentimiento de rechazo ante tal abuso será prontamente explotado por los pisajardines de El Yunque, que intentarán suplantar a los responsables de orientar a los católicos y encauzar la natural indignación hacia una mera protesta exterior y estéril, salvo por lo que a ellos les reporte de supuesta influencia y dinero para sus marcas blancas (Hazte Oír, Enraizados, Más Libres, Actuall, IPF, Profesionales por la Ética, etc).
Pero sucedió otra cosa que me ayudó a buscar la respuesta correcta: al terminar la misa, una persona se acercó al presbiterio, y recogió del suelo una Hostia, dándosela al sacerdote, que la comulgó.
Si los católicos tratamos sin amor la Eucaristía, ¿cómo podemos extrañarlos de que otros, deseosos de amedrentarnos o provocarnos a luchar en su campo, que es el del odio, la ataquen? De hecho, ellos sí saben dónde debería dolernos más el golpe, mejor que nosotros, a quienes corresponde ante tales ataques meditar si no estamos actuando con indiferencia no ante los ataques, sino ante aquello a lo que atacan, la presencia del mismo Cristo en nuestros sagrarios.
Cuando decidió quedarse en la Eucaristía, Jesús ya sabía que la profanarían en esta parroquia madrileña este día. Pero esperaba que también allí habría personas que le amaran, y a través de las cuales Él amaría a los hombres, y esa acción positiva le compensaba pasar por el mal trago de ser profanado. ¿Estamos cumpliendo nuestra parte para que realmente el saldo sea positivo?
He llamado a la parroquia para ver si organizarán alguna misa de desagravio, pero no cogían el teléfono. Para los interesados en que podamos sacar de las ofensas el saldo positivo que Dios quiere, y no la protesta estéril, les aconsejo acudir al semanario informativo Alfa y Omega de la archidiócesis de Madrid o consultar al jefe de prensa del arzobispado, Rodrigo Pinedo (@piniodista) en lugar de dejarse llevar por impulsos de indignación y firmar las alertas que sin duda pondrán en marcha los del Yunque.
Por que no se organiza entre nosotros un Misa
ya existente pero que la encomendemos como propiciaron de este hecho?
Es una buena idea.
Personalmente a mí me lleva a pensar que ciertamente uno puede salir a la calle o crear mil alertas, pero el realmente Ofendido se merece mucho más.
Merece el trato cariñoso de sus hijos, acompañamiento, redescubrir el amor de Dios en la Eucaristía, el trato que le damos, rezar el mejor padrenuestro de nuestra vida, como el de los niños….
Cursilerias? No. El amor es así.