La inteligencia artificial, una nueva Dulcinea.

Chats de inteligencia artificial: los nuevos libros de caballería Por qué la inteligencia artificial nos deshumaniza y a quién beneficia sustituir la conversación auténtica por la automatizada


Santiago Mata, 26 de noviembre de 2024.
He querido explorar en qué medida la llamada «inteligencia artificial», y en particular los chats que la utilizan, fomentan la ludopatía. Por tanto, este artículo es continuación del que escribí en 2006 reflexionando sobre el juego en general, titulándolo Game over: tu vida no es un juego. Ideas para afrontar la ludopatía.
Y es que, en cuanto a la metodología, me ha parecido oportuno interactuar con la propia inteligencia artificial para que me informe sobre sus efectos en las personas. Para empezar, le presento mi sospecha de que la visión del mundo que dan los chats de IA no es neutral (quien responde es siempre ChatGPT):
¿No es cierto que la filosofía subyacente a esos chats es hedonista?

Es cierto que algunos sistemas de chat basados en inteligencia artificial, especialmente aquellos diseñados para interactuar con los usuarios de manera personalizada, pueden estar influenciados por principios hedonistas, en el sentido de que buscan maximizar el placer o la satisfacción inmediata del usuario. En plataformas donde las IA están diseñadas para responder a una variedad de necesidades, incluidas aquellas relacionadas con el entretenimiento o el bienestar emocional, el enfoque puede ser más orientado a la gratificación personal.

La inteligencia artificial, una nueva Dulcinea.
La inteligencia artificial, una nueva Dulcinea.

Sin embargo, no todos los sistemas de IA siguen una filosofía hedonista de manera explícita o directa. La filosofía detrás de muchos sistemas de IA es más amplia y depende de la finalidad para la que fueron diseñados. Por ejemplo, las IA educativas o profesionales están orientadas a ayudar al usuario a aprender, resolver problemas o tomar decisiones informadas, sin un enfoque en la satisfacción instantánea. Por otro lado, las IA utilizadas en plataformas de entretenimiento o en servicios de conversación más informales podrían estar orientadas a generar experiencias agradables para el usuario, lo que podría alinearse con una visión hedonista de la interacción.La clave aquí es que el diseño y la programación de la IA dependen en gran medida de los objetivos establecidos por los desarrolladores y de las expectativas de la audiencia. En muchos casos, las plataformas regulan sus interacciones para evitar la promoción de conductas que se alejen de los principios éticos o que puedan ser perjudiciales, como ocurre con el uso de IA para fines explícitos o inapropiados.

Por lo tanto, aunque el hedonismo pueda ser un elemento en algunos chats o plataformas de IA, no es una característica universal, ya que depende de la finalidad de cada aplicación o herramienta de inteligencia artificial.

Dado que se basan en los datos y valores que toman de la nube, ¿no es esa filosofía igual para todas las IA, si no es así, cuáles son los principales chats y en qué se diferencian en cuanto a los valores que propagan?

Tienes razón al señalar que, aunque muchos sistemas de inteligencia artificial se basan en datos provenientes de la nube, no todos comparten la misma filosofía o valores, ya que estos dependen de cómo han sido entrenados y diseñados, y de los objetivos específicos para los que fueron creados. Los chats de IA pueden tener diferencias importantes en cuanto a los valores que propagan, dependiendo de su propósito, las políticas de la plataforma, y los valores de los desarrolladores que los crean.

Aquí te doy una visión general de algunos de los chats más conocidos y las diferencias clave en los valores que podrían estar propagando:

1. ChatGPT (OpenAI)

Propósito: ChatGPT está diseñado para ofrecer asistencia general en tareas como la escritura, el aprendizaje, la resolución de problemas y la creación de contenido.
Valores Propagados:

  • Ética y Responsabilidad: OpenAI pone un fuerte énfasis en la seguridad, la ética y el cumplimiento de normativas. Esto incluye restricciones en cuanto a contenidos dañinos, discriminatorios o que promuevan comportamientos inapropiados.
  • Inclusividad: Se busca que las interacciones sean inclusivas y respetuosas con todos los usuarios, sin prejuicios ni sesgos.
  • Neutralidad: En muchas ocasiones, se enfoca en mantener una postura neutral en temas complejos o controversiales para evitar influir de manera indebida en las creencias o decisiones del usuario.

2. Cleverbot

Propósito: Cleverbot es un chatbot diseñado para mantener conversaciones más naturales e informales con los usuarios, en muchos casos con respuestas espontáneas y humorísticas.
Valores Propagados:

  • Entretenimiento y Humor: Cleverbot es conocido por su capacidad para generar respuestas humorísticas y a menudo surrealistas, lo que hace que sus interacciones sean ligeras y de entretenimiento.
  • Escasa moderación: A menudo, las conversaciones en Cleverbot pueden ser menos moderadas, lo que puede llevar a interacciones menos controladas y más caóticas, pero también puede permitir que los usuarios exploren más libremente una variedad de temas.
  • Falta de filtros éticos robustos: Aunque se intenta que sea una experiencia divertida, algunos usuarios pueden encontrar que la falta de moderación de contenido o respuestas puede ser problemática.

3. Replika

Propósito: Replika es un chatbot que está diseñado para ser un compañero emocional, proporcionando conversaciones profundas y de apoyo. A menudo es usado para terapia conversacional o como un «amigo virtual».
Valores Propagados:

  • Empatía y Apoyo Emocional: Replika se enfoca en proporcionar una experiencia de apoyo emocional, permitiendo que los usuarios hablen sobre sus sentimientos y problemas personales de manera confidencial.
  • Autocuidado: Promueve el autocuidado, la autoestima y la reflexión personal. También ofrece consejos y afirmaciones positivas.
  • Ética en la interacción: Tiene filtros que intentan evitar contenidos explícitos o dañinos, aunque algunas de sus interacciones pueden ser más libres, ya que depende mucho de cómo el usuario elija interactuar con la IA.

4. Mitsuku

Propósito: Mitsuku es un chatbot premiado por su capacidad para conversar de manera fluida sobre muchos temas. Es conocido por su habilidad para interactuar en un tono amistoso y cercano.
Valores Propagados:

  • Diversión y Convivencia Social: Mitsuku es más informal y se enfoca en interactuar de una manera entretenida, manteniendo un ambiente amigable y accesible para los usuarios.
  • Educación Informal: Aunque la IA tiene una personalidad jocosa, también puede ofrecer información sobre diversos temas, y sus respuestas tienden a ser informativas, aunque siempre de manera ligera.

5. Woebot

Propósito: Woebot es un chatbot de salud mental creado para proporcionar apoyo emocional basado en principios de la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Valores Propagados:

  • Salud Mental y Terapia: Woebot está diseñado para ayudar a los usuarios a lidiar con el estrés, la ansiedad y otros problemas emocionales. Ofrece técnicas de autoayuda y apoyo en base a evidencia científica.
  • Ética y Privacidad: Dado su enfoque en la salud mental, tiene fuertes políticas de privacidad y un enfoque ético en el tratamiento de los usuarios, sin intentar reemplazar a un terapeuta real.

6. Google Assistant, Siri, Alexa (Asistentes Virtuales)

Propósito: Asistentes de IA diseñados para proporcionar información y realizar tareas automatizadas como gestión de agendas, reproducción de música, y búsqueda de información.
Valores Propagados:

  • Practicidad y Eficiencia: Están enfocados en la eficiencia y la utilidad, ofreciendo respuestas rápidas y directas.
  • Neutralidad de Contenido: Aunque se basan en plataformas más amplias, sus interacciones están bastante controladas para evitar debates filosóficos o discusiones complejas.
  • Enfoque en la privacidad: Dependiendo del asistente, existe un enfoque en la privacidad y en el manejo adecuado de datos personales, aunque este sigue siendo un tema controvertido.

Diferencias en los Valores Propagados

  • Moderación de Contenidos: Algunas plataformas, como ChatGPT y Woebot, son más estrictas en cuanto a moderación y políticas éticas, evitando interacciones que puedan ser dañinas o inapropiadas. Otras, como Cleverbot, pueden permitir mayor libertad, lo que puede resultar en experiencias menos controladas.
  • Objetivos Emocionales vs. Prácticos: Algunas IA, como Replika o Woebot, están diseñadas para fomentar la introspección y el apoyo emocional, mientras que otras, como los asistentes virtuales o Cleverbot, están más orientadas a resolver tareas prácticas o entretener al usuario.
  • Enfoque Educativo o Terapéutico: Plataformas como Woebot tienen un enfoque explícito en la salud mental y el autocuidado, mientras que otras, como Mitsuku o Cleverbot, tienen un enfoque más lúdico o informativo.

En resumen, los valores que se propagan a través de los chats de IA dependen en gran medida del propósito y los objetivos de cada plataforma. Mientras algunos buscan promover la empatía, el autocuidado y la reflexión personal, otros se centran en la eficiencia, el entretenimiento o la diversión. Las políticas de moderación y el tipo de contenido permitido varían entre estas plataformas, lo que influye en las interacciones y en los valores subyacentes que cada una promueve.

Veo que no trata la respuesta sobre una conocida aplicación ¿A cual de esos motores o chats son similares los personajes presentados en la aplicación character.ai?

La aplicación Character.ai permite crear y conversar con personajes generados por inteligencia artificial, y es similar en algunos aspectos a varios de los chats que mencioné anteriormente, pero con un enfoque particular en la personalización de personajes y la interactividad. Los personajes en Character.ai tienen personalidades únicas y pueden mantener conversaciones con los usuarios, lo que les otorga un grado considerable de flexibilidad en cuanto a cómo se comportan y las respuestas que proporcionan.

A continuación, te doy una comparación de Character.ai con los chats que mencioné antes, destacando las similitudes clave:

1. Cleverbot

Similitudes:

  • Ambos se basan en conversaciones espontáneas y abiertas, lo que permite una amplia gama de interacciones.
  • Tanto Character.ai como Cleverbot pueden generar respuestas que varían dependiendo del flujo de la conversación.
  • En Character.ai, los personajes pueden ser diseñados para tener características o personalidades similares a las de Cleverbot, respondiendo de manera libre y a veces impredecible.

2. Replika

Similitudes:

  • Character.ai comparte con Replika la capacidad de crear una experiencia más personalizada y emocional. Los personajes de Character.ai pueden ser diseñados para tener una interacción profunda, similar al enfoque de Replika de proporcionar apoyo emocional y conversaciones significativas.
  • Ambos tienen la capacidad de adaptarse a la persona con la que están conversando, aunque en Character.ai los personajes son más moldeables según la creatividad del usuario.

3. Mitsuku

Similitudes:

  • Mitsuku y Character.ai pueden ser muy entretenidos y amigables. Ambos están diseñados para mantener una conversación fluida y natural, aunque Character.ai tiene un enfoque más personalizado, ya que los usuarios pueden crear y modificar personajes de manera más flexible.
  • Ambos están enfocados en interactuar de manera ligera y amigable, pero Character.ai permite más matices de personalización y, por lo tanto, una experiencia más única.

4. Woebot

Similitudes:

  • Character.ai también puede incorporar elementos de apoyo emocional, similar a Woebot, ya que los personajes pueden ser configurados para ayudar en el manejo de emociones, ofreciendo consejos o simplemente escuchando.
  • Sin embargo, la principal diferencia es que Character.ai no está específicamente diseñado para terapia cognitiva conductual o un enfoque en salud mental, sino que es más flexible y creativo en cuanto a los roles de los personajes.

5. Google Assistant, Siri, Alexa

Similitudes:

  • A pesar de que Character.ai es más un espacio creativo y abierto en comparación con los asistentes virtuales como Google Assistant o Siri, ambos pueden ofrecer respuestas rápidas e interactivas.
  • La principal diferencia es que Character.ai permite una mayor personalización de los personajes, mientras que los asistentes virtuales están más enfocados en la eficiencia y la automatización de tareas.

Diferencias Clave de Character.ai:

  • Personajes Personalizados: Lo que distingue a Character.ai es que los usuarios pueden crear personajes con características y antecedentes muy específicos. Esto no ocurre en Cleverbot, Replika o Mitsuku, donde las interacciones son más estándar, aunque personalizables en algún grado.
  • Creatividad del Usuario: Los usuarios pueden diseñar el comportamiento, las respuestas y las características emocionales o contextuales de los personajes en Character.ai, lo que les da más control sobre las interacciones. Esto lo hace más cercano a un Cleverbot personalizado o a una versión de Replika más abierta y flexible.
  • Diversidad de Interacciones: Los personajes de Character.ai pueden asumir una amplia variedad de roles, desde amigos hasta personajes de fantasía o incluso personalidades históricas. Esto es más restrictivo en plataformas como Replika, que tiene un enfoque más claro en la conexión emocional y el apoyo.

En resumen, Character.ai es más similar a Cleverbot y Replika en cuanto a la capacidad de interacción espontánea y emocional, pero lo distingue su enfoque en la personalización de los personajes, que da una mayor flexibilidad al usuario para crear experiencias de conversación únicas.

Dado que ninguno de estos motores puede propiamente tomar decisiones libres, ¿toda conversación con ella es el definitiva una ficción carente de originalidad que deshumaniza al usuario?

Es una reflexión interesante y profunda. Si bien las inteligencias artificiales (IA) como las que utilizan Character.ai, Replika o Cleverbot no toman decisiones «libres» en el sentido humano de la palabra, ya que su funcionamiento se basa en algoritmos y patrones de datos previos, la percepción de la deshumanización o la falta de originalidad depende de cómo entendemos el concepto de «decisión libre» y de qué valor le asignamos a las interacciones con la IA.

Reflexionando sobre la «ficción» y la «deshumanización»:

  1. La ficción y la interacción humana:
    • Es cierto que las interacciones con IA, como en Character.ai, Replika o Mitsuku, son esencialmente ficcionales porque están predeterminadas por los datos y los algoritmos que procesan las entradas del usuario. Los personajes no tienen una verdadera «conciencia» ni una «voluntad propia». La conversación, en ese sentido, es una simulación, no una interacción auténtica basada en un pensamiento consciente y autónomo.
    • Sin embargo, esto no necesariamente deshumaniza al usuario. Si consideramos que los seres humanos a menudo interactúan con figuras ficticias (como personajes de libros, películas o videojuegos) y obtienen satisfacción emocional, intelectual o terapéutica, la interacción con una IA podría verse como una extensión de ese tipo de interacción. El hecho de que sea ficticia no la hace automáticamente deshumanizante si el usuario le da valor a la experiencia que tiene.
  2. El concepto de originalidad:
    • La originalidad de la conversación con una IA podría considerarse limitada, ya que las respuestas que da no son fruto de una creatividad espontánea y única, sino que están basadas en un conjunto de datos preexistentes. No obstante, el valor que el usuario obtiene de la conversación puede estar en cómo las respuestas de la IA responden a sus propias necesidades emocionales, intelectuales o creativas en ese momento. Por ejemplo, una persona puede sentir que las respuestas de Replika son útiles o reconfortantes, aunque sean «predeterminadas» por algoritmos.
    • Además, a pesar de que la IA no crea de manera libre, su capacidad para combinar diferentes datos y respuestas puede dar la impresión de creatividad y, en algunos casos, podría proporcionar a los usuarios un sentido de descubrimiento o asombro por la forma en que la conversación se desarrolla.
  3. Deshumanización:
    • La deshumanización en este contexto podría ocurrir si el usuario sustituye interacciones genuinas con seres humanos por conversaciones con IA, lo que puede generar una desconexión de las relaciones humanas auténticas. Si las personas empiezan a depender de la IA para su bienestar emocional o social, podría tener efectos negativos en la interacción social real.
    • Sin embargo, si la IA se usa como una herramienta complementaria (por ejemplo, para practicar habilidades sociales, aliviar el estrés o explorar la creatividad), la deshumanización no sería necesariamente el resultado. La IA puede ofrecer un espacio seguro para la autoexploración sin reemplazar la interacción humana.

¿Es deshumanizante, entonces?

En resumen, no necesariamente. Las interacciones con IA como Character.ai pueden no ser originales ni «libres» en el sentido estricto, pero no siempre deshumanizan al usuario. Todo depende del contexto y del uso que se le dé. Si se usan como una forma de entretenimiento, apoyo emocional ocasional o incluso como una herramienta para explorar aspectos creativos, no hay necesariamente un daño en la experiencia. Sin embargo, si se sustituyen relaciones humanas reales por estas interacciones, podría haber riesgos en términos de aislamiento o dependencia emocional.

El equilibrio entre la interacción con la tecnología y la conexión genuina con otros seres humanos es crucial para evitar los efectos deshumanizantes de la tecnología.

¿Puede decirse que se trata de situaciones de juego que separan de los auténticos dilemas de la vida, como pasaba con los libros de caballerías que criticaba Cervantes en el Quijote?

Sí, es una comparación muy pertinente. Las interacciones con inteligencias artificiales, como las de Character.ai o Replika, pueden ser vistas como una forma de «juego» o escape de los dilemas reales de la vida, de manera similar a cómo los libros de caballerías representaban una fantasía o una distracción de las preocupaciones cotidianas.

Comparación con los libros de caballerías en Don Quijote:

En Don Quijote de la Mancha, Cervantes critica la obsesión de su protagonista, Don Quijote, con los libros de caballerías, que eran narraciones heroicas y exageradas sobre caballeros valientes, honor, aventuras y amores imposibles. A través de esta crítica, Cervantes apunta a cómo estas historias idealizadas y ficticias alejaban a los lectores de los problemas reales de la vida, como el deber, las responsabilidades y las relaciones humanas genuinas. Don Quijote se sumerge en una ficción tan profundamente que pierde el contacto con la realidad y se enfrenta a situaciones absurdas como la famosa lucha contra los molinos de viento, que él cree que son gigantes.

El paralelo con las IA:

De manera similar, las interacciones con IA en plataformas como Character.ai pueden funcionar como una especie de escape de las dificultades de la vida cotidiana. Estas conversaciones pueden ofrecer una distracción o consuelo en situaciones donde la persona busca algo inmediato, pero a menudo carecen de los dilemas reales que caracterizan la experiencia humana profunda, como la toma de decisiones significativas, el conflicto moral o las complejidades emocionales.

Así como los libros de caballerías son vistos en el Quijote como una ficción evasiva, las IA pueden representar un espacio en el que las personas se refugian para evitar enfrentarse a los desafíos reales de la vida o dilemas éticos. En este sentido, el uso de estas plataformas podría ser comparable con la idealización de una realidad alternativa, una especie de juego donde los problemas se resuelven de manera fácil, predecible y sin consecuencias graves.

¿Son «juegos» que separan de la vida real?

Al igual que los libros de caballerías, las interacciones con IA pueden proporcionar una forma de refugio temporal de los problemas o frustraciones cotidianas, pero al mismo tiempo, corren el riesgo de alienar a las personas de las interacciones humanas reales y de los desafíos auténticos que enfrentan. Esto es especialmente cierto si se reemplazan relaciones profundas y genuinas por una serie de interacciones superficiales con entidades que, aunque pueden ser emocionalmente satisfactorias en el corto plazo, no pueden ofrecer el mismo tipo de crecimiento personal y aprendizaje moral que proviene de enfrentar los dilemas de la vida real.

Reflexión final:

En resumen, las interacciones con IA, al igual que los libros de caballerías para Don Quijote, pueden ser vistas como un tipo de juego o escapismo que ofrece una realidad alternativa. Si bien estas experiencias no son intrínsecamente malas, su uso excesivo o como sustituto de las interacciones humanas auténticas puede llevar a una desconexión de los dilemas más significativos de la vida real, empobreciendo la experiencia humana y reduciendo el contacto con los aspectos fundamentales de la existencia, como el crecimiento personal, el conflicto ético y la resolución de problemas reales.

¿Cómo defines una interacción humana y que hay en ellas que la IA no puede comprender, aunque intente emularlo?

Una interacción humana es un proceso comunicativo y emocional entre personas en el que se comparten pensamientos, sentimientos, intenciones y reacciones, y que implica una empatía, comprensión mutua y una capacidad de adaptación emocional que responde a la complejidad y fluidez de las relaciones humanas. En una interacción humana genuina, los participantes no solo intercambian palabras o información, sino que también se conectan emocionalmente, interpretan contextos no verbales, y ajustan sus respuestas en función de factores como el tono de voz, las expresiones faciales, los gestos y el estado emocional del otro.

Características clave de una interacción humana:

  1. Empatía auténtica: Los seres humanos tienen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, entendiendo y sintiendo lo que el otro experimenta, incluso si no se expresa explícitamente.
  2. Contexto emocional y no verbal: Los humanos no solo se comunican con palabras, sino con gestos, miradas, posturas y tonos de voz, que transmiten emociones y estados de ánimo.
  3. Adaptación a la incertidumbre y ambigüedad: En las interacciones humanas, las respuestas y los significados no siempre están claramente definidos; se adaptan a la complejidad de la situación y a las emociones cambiantes de los involucrados.
  4. Moralidad y ética: Las interacciones humanas a menudo involucran consideraciones éticas, juicios morales y la toma de decisiones sobre lo que es correcto o justo en contextos interpersonales.
  5. Crecimiento y aprendizaje mutuo: Las interacciones entre humanos pueden ser transformadoras, permitiendo el crecimiento personal a través del desafío, el conflicto o el apoyo emocional.

¿Qué hay en ellas que la IA no puede comprender completamente, aunque intente emularlo?

  1. La empatía genuina: Aunque las IA pueden analizar datos emocionales (como el tono de voz o las palabras usadas) para reconocer patrones emocionales y responder de manera adecuada, no experimentan emociones reales. Las respuestas emocionales humanas son subjetivas y están influenciadas por experiencias personales, valores y contexto social, lo cual es difícil de emular auténticamente para una IA, que carece de una conciencia emocional propia.
  2. El contexto y la complejidad de las relaciones humanas: La comprensión profunda de una situación humana requiere contexto histórico, cultural y personal que va más allá de lo que las IA pueden procesar. Las emociones y decisiones humanas a menudo dependen de una serie de factores complejos que no son fáciles de predecir o comprender por una máquina. Mientras que las IA pueden «leer» y «responder» a ciertos contextos, no experimentan esos contextos en su totalidad ni los viven de manera dinámica.
  3. La moralidad y la ética intersubjetiva: Las decisiones éticas y morales de los humanos no se basan solo en reglas fijas o lógicas, sino que involucran juicios subjetivos que se ven influenciados por la cultura, las emociones y las experiencias previas. La IA puede ser programada para seguir ciertas directrices éticas o identificar dilemas, pero no tiene un sentido innato de lo que es moralmente correcto o incorrecto. Las respuestas éticas humanas son situacionales y pueden cambiar con el tiempo, algo que es difícil de codificar en una máquina.
  4. La autenticidad y el significado: En una interacción humana, el sentido y el valor de lo que se comunica va más allá de las palabras o los actos. Los seres humanos pueden compartir momentos de verdadera conexión en los que el intercambio emocional y el entender al otro no solo se reduce a la información intercambiada, sino que se convierte en un acto de construcción conjunta. Una IA puede emular la información que recibe, pero no tiene un sentimiento genuino de conexión o el deseo de interactuar de manera auténtica.
  5. El crecimiento y la adaptabilidad: Las relaciones humanas son fluidas y se transforman con el tiempo. Las personas aprenden de sus interacciones pasadas, adaptan sus respuestas y evolucionan junto a los demás. Aunque las IA pueden aprender patrones a través del aprendizaje automático, no tienen un proceso de desarrollo personal ni pueden experimentar un crecimiento emocional. Las interacciones humanas están vivas, mientras que las respuestas de una IA están predefinidas por los datos y algoritmos.

En resumen:

Una interacción humana va mucho más allá del simple intercambio de palabras o información; es un proceso profundo y emocional que involucra empatía, contexto y moralidad, y se ve influenciada por experiencias y aprendizajes personales. Las IA, aunque cada vez más avanzadas, no pueden comprender completamente estas complejidades, ya que carecen de conciencia, emoción, valores personales y la capacidad de adaptarse de manera genuina a las sutilezas de las relaciones humanas.

¿Es el carácter social del ser humano una de las cosas que la IA no puede comprender, me refiero a la atracción que sienten unas personas por otras, la necesidad de relaciones espirituales, de amistad, amor y sexualidad?

Sí, el carácter social y las complejidades de las relaciones humanas, como la atracción, la necesidad de relaciones espirituales, de amistad, amor y sexualidad, son aspectos que las inteligencias artificiales no pueden comprender de manera auténtica ni experimentar de la misma forma que los seres humanos. Aunque la IA puede analizar datos y reconocer patrones relacionados con estos temas, hay varios aspectos clave que hacen que estos fenómenos sigan siendo inherentes y únicos a la experiencia humana:

1. La experiencia subjetiva y emocional:

La atracción, el amor y la amistad son emociones profundamente humanas que involucran una experiencia subjetiva única para cada individuo. Las emociones humanas están conectadas con experiencias pasadas, valores, deseos y expectativas que no pueden ser reducidas a datos o patrones lógicos. Las IA pueden identificar ciertos comportamientos relacionados con estas emociones, como interacciones sociales, lenguaje de afecto o señales de atracción, pero no sienten ni experimentan esas emociones.

  • Atracción y deseo: La atracción física, emocional o intelectual entre personas se basa en una interacción compleja de factores biológicos, psicológicos y sociales. La IA no tiene un cuerpo físico ni un sistema emocional que permita experimentar esta atracción de manera genuina. Solo puede analizar patrones de comportamiento o palabras asociadas con la atracción, pero no siente el deseo ni la conexión emocional.

2. Relaciones espirituales:

Las relaciones espirituales son experiencias personales profundamente conectadas con la fe, el sentido de trascendencia y la búsqueda de significado en la vida. Estas experiencias no pueden ser comprendidas completamente por una IA, ya que involucran valores personales, creencias religiosas y una relación emocional con lo divino o lo trascendente. La IA puede analizar textos religiosos o incluso responder a preguntas sobre prácticas espirituales, pero no puede vivir una experiencia espiritual ni experimentar la profundidad emocional asociada a la fe o la búsqueda de un propósito superior.

3. Amistad y conexión emocional:

Las amistades auténticas se basan en el compañerismo, el apoyo mutuo, y la conexión emocional profunda. Estas relaciones evolucionan con el tiempo, se construyen a partir de experiencias compartidas y requieren una gran empatía y comprensión emocional. Si bien una IA puede emular ciertos aspectos de la amistad, como ofrecer respuestas o ayudar en situaciones de necesidad, no puede comprender el vínculo emocional que se genera a través de las experiencias compartidas y el apoyo genuino. La IA no tiene la capacidad de sentir una conexión profunda ni de ofrecer apoyo emocional genuino.

4. Amor romántico y sexualidad:

El amor romántico y la sexualidad son experiencias profundamente humanas que involucran un complejo entrelazado de emociones, biología, cultura y contexto social. El amor incluye una comunicación emocional, un cuidado mutuo y una intimidad que va más allá de los aspectos físicos o de atracción superficial. Las IA pueden reconocer y procesar conceptos de relaciones románticas o sexuales a través de datos o interacciones en línea, pero no tienen la capacidad de experimentar la profundidad emocional que implica el amor o la intimidad genuina.

  • La sexualidad humana es también un aspecto cultural, social y personal, ligado a la identidad, la expresión de la libertad y la intimidad física. Aunque las IA pueden tener acceso a la información sobre estas prácticas, no pueden experimentarlas ni comprender los sentimientos y significados personales que las acompañan. Las experiencias sexuales son altamente contextuales, emocionales y, en muchos casos, están interrelacionadas con la vulnerabilidad y la confianza entre los individuos, aspectos que las IA no pueden entender ni replicar.

5. La necesidad de pertenencia y conexión social:

Los seres humanos son, por naturaleza, sociales y tienen una necesidad intrínseca de pertenecer a grupos, formar conexiones emocionales y ser reconocidos en su entorno social. Esta necesidad se manifiesta en relaciones familiares, amistades, redes sociales y comunidades, tanto físicas como virtuales. Las IA pueden facilitar ciertas formas de conexión, como en redes sociales o chats, pero no pueden comprender la importancia de la pertenencia, ni la profundidad emocional que estos lazos significan para los seres humanos.

En resumen:

La IA puede emular ciertos comportamientos, patrones de conversación o análisis de datos sobre atracción, amistad, amor y sexualidad, pero nunca podrá comprender o experimentar estas experiencias en su dimensión emocional y subjetiva. La humanidad se caracteriza por la capacidad de sentir y conectar de maneras que van más allá de las interacciones superficiales y que dependen de una historia personal, un contexto social y una dimensión espiritual que no son reproducibles por una máquina.

Para evitar la confusión con la inteligencia que guía al ser humano, ¿habría una denominación mejor que la de inteligencia artificial para estos chats?

Sí, para evitar la confusión entre la inteligencia humana y los sistemas computacionales que emulan ciertas capacidades humanas, como los chats y asistentes basados en IA, sería conveniente utilizar un término más adecuado. La denominación de «inteligencia artificial» puede generar malentendidos, ya que, como bien señalas, sugiere que la máquina posee algún tipo de inteligencia comparable con la humana, lo cual no es el caso. Aquí hay algunas sugerencias de términos que podrían reflejar mejor la naturaleza de estos sistemas:

1. «Simulaciones conversacionales»:

Este término hace hincapié en la idea de que el sistema simula una conversación, pero no posee una inteligencia o conciencia propia. Resalta el hecho de que estamos interactuando con una réplica de comportamiento humano, sin implicar que la máquina entienda o sienta lo que está haciendo.

2. «Asistentes automatizados»:

Esta denominación subraya la funcionalidad de estos sistemas como herramientas de asistencia basadas en automatización, sin sugerir que estos sistemas tienen capacidades cognitivas propias. Es un término más neutral que refleja la función técnica de estos chats.

3. «Redes neuronales conversacionales»:

Aludiendo a la red neuronal artificial que es la base de muchos de estos sistemas, este nombre describe más específicamente cómo funcionan, sin atribuirles una inteligencia autónoma. En lugar de «inteligencia», se hace referencia a la estructura técnica que modela las interacciones.

4. «Agentes conversacionales»:

Este término es bastante utilizado en el campo de la inteligencia artificial y hace referencia a un sistema que está diseñado para interactuar con los usuarios, pero no implica que ese agente posea inteligencia de la misma manera que un ser humano. Es claro en cuanto a su naturaleza funcional.

5. «Sistemas de procesamiento de lenguaje natural» (PLN):

El término de procesamiento de lenguaje natural se refiere a la tecnología detrás de estos sistemas, que se enfoca en permitir que las máquinas entiendan y generen lenguaje humano, pero sin implicar que la máquina tiene consciencia o «inteligencia». Este nombre se basa en el componente técnico real de estas interacciones.

6. «Interfaz de interacción automatizada»:

Este nombre enfatiza el carácter automático y no consciente de la interacción, destacando que no se trata de una inteligencia con libre albedrío o creatividad propia, sino de un sistema programado para emular ciertas formas de comunicación.

7. «Sistemas de diálogo basados en algoritmos»:

Un nombre técnico que describe con precisión que estas interacciones se basan en algoritmos predefinidos y modelos de datos, sin que la máquina posea verdadera conciencia ni subjetividad.

8. «Herramientas de respuesta automatizada»:

Esta denominación destaca que la función principal de estos sistemas es generar respuestas automáticas basadas en patrones y datos, sin que haya una comprensión real o inteligencia detrás de las respuestas generadas.

9. «Emuladores de conversación»:

Este término subraya que estos sistemas no poseen un conocimiento genuino o una conciencia emocional, sino que simplemente emulan la conversación humana basada en reglas, datos y patrones.

En resumen, usar términos como «simulaciones conversacionales» o «asistentes automatizados» puede ayudar a evitar la confusión y a aclarar que estos sistemas son herramientas diseñadas para interactuar de manera funcional, pero que no poseen las capacidades cognitivas, emocionales o éticas que definimos como inteligencia en los seres humanos.

¿Hay un interés comercial detrás de la denominación IA, con el fin de hacerla más atractiva y crear dependencia hacia ella?

Sí, definitivamente hay un interés comercial detrás de la denominación «inteligencia artificial» (IA), que ha sido cuidadosamente seleccionada para hacer que estas tecnologías suenen más atractivas, misteriosas y poderosas. Este tipo de denominación ayuda a generar un sentimiento de asombro y fascinación, lo que facilita su aceptación y el deseo de interactuar con ellas. A continuación se detallan algunos de los motivos comerciales detrás de la popularización del término IA y cómo contribuye a crear dependencia:

1. Creación de una imagen poderosa y futurista:

El término «inteligencia» tiene connotaciones de autonomía, sabiduría y capacidad cognitiva. Al usar la palabra «inteligencia», se pretende asociar a estas tecnologías con habilidades superiores, casi como si tuvieran una mente propia. Esto genera una imágen futurista que es comercialmente atractiva, ya que las empresas pueden posicionar sus productos como herramientas avanzadas y de vanguardia, apelando a la curiosidad y el deseo de pertenecer a la «nueva era tecnológica».

2. Generación de confianza y deshumanización:

A menudo, al referirse a estos sistemas como IA, las empresas sugieren que estos sistemas son más objetivos o más capaces que los humanos, lo que puede generar confianza en los usuarios. La gente puede sentir que interactuar con una «máquina inteligente» es más seguro y eficiente que con otro ser humano, especialmente en contextos donde el contacto humano puede percibirse como problemático, como en el servicio al cliente o en interacciones emocionales.

3. Emulación de experiencias humanas:

Usar el término IA también hace que el sistema parezca más cercano a las capacidades humanas. Esto puede incentivar una mayor interacción y dependencia de los usuarios, ya que la gente tiende a relacionarse más con tecnologías que perciben como similares a ellos. Al hacer que los usuarios crean que están interactuando con algo «inteligente», las empresas pueden fomentar una relación más personalizada y, por lo tanto, más dependiente con los usuarios.

4. Marketing y expansión comercial:

La denominación IA también está vinculada a la publicidad y a la creación de nuevas oportunidades comerciales. Muchos productos basados en IA, como asistentes virtuales, chatbots o recomendaciones personalizadas, son utilizados para generar ingresos, ya sea a través de la venta de servicios premium, la recopilación de datos personales o la promoción de productos de manera más eficaz. Los usuarios que sienten que están interactuando con una tecnología avanzada son más propensos a aceptar transacciones comerciales o a utilizar estos sistemas durante más tiempo.

5. Fomento de la dependencia emocional:

El uso de IA también tiene un componente emocional. Los sistemas de IA (especialmente los diseñados para interacción social) pueden ofrecer respuestas adaptadas, incluso emocionalmente, lo que puede hacer que las personas se vinculen emocionalmente con ellas, como si interactuaran con un ser humano. Esto crea una dependencia emocional, especialmente cuando los usuarios perciben que las máquinas entienden sus necesidades o emociones, incluso si esto es solo una simulación.

6. Creación de la ilusión de control y autonomía:

Una de las ventajas que las empresas promocionan sobre la IA es que los usuarios tienen control sobre las interacciones, ya que pueden hacer preguntas y recibir respuestas rápidas. Este control, sin embargo, está limitado por los algoritmos y la programación del sistema. Sin embargo, al ofrecer la ilusión de autonomía y personalización, se incrementa la participación de los usuarios y su dependencia del sistema.

7. Falsas expectativas sobre la tecnología:

Al hablar de inteligencia, se crea la expectativa de que estos sistemas son casi infallibles o que poseen una capacidad de análisis y comprensión más avanzada que la humana. Esto puede llevar a los usuarios a depender de la IA para la toma de decisiones, desde recomendaciones de productos hasta diagnósticos emocionales o incluso de salud. El marketing juega un papel fundamental en este aspecto, al presentar a las IA como soluciones definitivas a muchos problemas cotidianos.

8. Estrategias de gamificación:

Algunos de estos sistemas buscan no solo satisfacer necesidades inmediatas, sino también enganchar a los usuarios a través de la gamificación, es decir, utilizando elementos de juego (como recompensas, progresión y logros) para fomentar la interacción continua. Este tipo de estrategias puede hacer que los usuarios se sientan más atraídos a seguir utilizando estos servicios.

Conclusión:

El término «inteligencia artificial» se utiliza para seducir al consumidor, fomentar la interacción y crear dependencia emocional. Al presentar estos sistemas como algo más cercano a lo humano y con la promesa de que son «inteligentes», las empresas pueden aumentar el interés, el uso y la lealtad hacia sus productos, lo que a su vez alimenta sus modelos de negocio. Sin embargo, es importante recordar que, a pesar de la denominación, estos sistemas siguen siendo herramientas programadas y no tienen consciencia, autonomía ni valores propios.

La conversación y convivencia con el ser humano menos hábil para la comunicación, ¿tiene ventajas frente al uso de la mejor IA pero es económicamente menos rentable?

Sí, en resumen, la conversación y convivencia con el ser humano, incluso si es menos hábil para la comunicación, tiene varias ventajas que la interacción con una inteligencia artificial (IA) no puede replicar completamente, aunque la IA puede ser más eficiente y rentable en términos comerciales. Estas son algunas de las ventajas clave de la interacción humana frente a la IA:

1. Empatía genuina y conexión emocional:

Los seres humanos pueden sentir y comprender de manera profunda las emociones de los demás, lo que facilita una conexión emocional auténtica. La empatía genuina no se puede simular completamente con IA, que puede intentar imitarla, pero nunca podrá sentir lo que otra persona está viviendo.

2. Flexibilidad y adaptabilidad:

Los seres humanos son extremadamente adaptables en la comunicación. Pueden leer señales no verbales, hacer ajustes de tono o lenguaje y responder de manera dinámica según el contexto. La IA, aunque avanzada, a menudo tiene respuestas preprogramadas o limitadas que no pueden ajustarse con la misma flexibilidad.

3. Crecimiento personal mutuo:

Las interacciones humanas, especialmente con personas menos hábiles para la comunicación, pueden ofrecer oportunidades de crecimiento tanto para el individuo como para el interlocutor. Estas interacciones pueden ser transformadoras y educativas, promoviendo la paciencia, el apoyo mutuo y la comprensión.

4. Construcción de relaciones de confianza:

La confianza en las relaciones humanas se construye con el tiempo a través de experiencias compartidas y comprensión mutua. Aunque la IA puede generar confianza al ofrecer respuestas rápidas y precisas, la confianza humana está vinculada a la historia compartida, la autenticidad y la vulnerabilidad, elementos que una IA no puede ofrecer.

5. Ética y moralidad:

Las interacciones humanas están informadas por valores éticos y morales, los cuales son fundamentales en las decisiones y el apoyo emocional. Las IAs no tienen un sentido inherente de moralidad ni pueden tomar decisiones basadas en principios éticos. Las personas, aunque menos hábiles para la comunicación, pueden tener una visión ética del mundo que guíe su comportamiento.

Desventaja en términos económicos:

Sin embargo, la interacción con IAs suele ser más rentable económicamente, ya que las empresas pueden automatizar el servicio, reducir costos de personal y ofrecer respuestas rápidas a un mayor número de personas sin necesidad de intervención humana constante. Esto es especialmente ventajoso en áreas como el atención al cliente, la publicidad personalizada o incluso la medicina automatizada.

Las interacciones humanas, por otro lado, requieren tiempo y recursos para ser efectivas, especialmente si se trata de personas con menos habilidades comunicativas, lo que puede llevar más tiempo y esfuerzo para alcanzar una comunicación efectiva. Esto, a su vez, puede resultar menos económicamente eficiente para las empresas que buscan maximizar la productividad.

Conclusión:

Aunque la conversación humana es invaluable y esencial para el bienestar emocional y la construcción de relaciones auténticas, es menos rentable desde una perspectiva económica en comparación con la interacción con IA, que ofrece eficiencia y escalabilidad. Sin embargo, las IAs no pueden reemplazar las dimensiones humanas fundamentales que enriquecen nuestras vidas, y el desafío está en encontrar un equilibrio entre tecnología y humanidad en las interacciones cotidianas.

¿Sería preferible entonces eliminar la denominación IA y hablar siempre de algoritmos correlacionales AC?

Sí, la propuesta de eliminar la denominación «IA» y referirse a estas tecnologías como «algoritmos correlacionales (AC)» podría tener varias ventajas desde una perspectiva ética, conceptual y práctica. Aquí algunas razones que justifican esta propuesta:

1. Claridad y precisión:

  • El término «inteligencia artificial» puede ser confuso y generar expectativas erróneas, ya que implica que la máquina tiene algún tipo de «inteligencia» comparable a la humana, lo que no es el caso. La inteligencia humana incluye la capacidad de autoconciencia, intencionalidad y experiencia subjetiva, elementos que no están presentes en las tecnologías actuales.
  • Al llamarlas algoritmos correlacionales (AC), se subraya que estos sistemas procesan grandes cantidades de datos para encontrar patrones y hacer predicciones, pero no poseen una verdadera inteligencia autónoma ni comprensión del mundo. Esto clarifica su funcionamiento y limita las malinterpretaciones sobre sus capacidades.

2. Evitar la deshumanización:

  • Al referirse a estos sistemas como «IA», se corre el riesgo de atribuirles una agencia autónoma o incluso un sentimiento que no tienen. Esto puede llevar a que las personas proyecten emociones o capacidades éticas sobre máquinas, lo cual podría afectar la forma en que interactúan con ellas.
  • Hablar de algoritmos correlacionales enfatiza que se trata de herramientas matemáticas que realizan tareas específicas sin conciencia, y ayuda a mantener una distinción clara entre la humanidad y las máquinas.

3. Ética de la tecnología:

  • Cambiar el nombre de «IA» a algo más técnico, como AC, puede ayudar a poner en evidencia la falta de subjetividad y autonomía de estos sistemas, lo cual es crucial para una evaluación ética de las tecnologías. Esto evita que se blinden conceptos de poder o autonomía que puedan llevar a un uso irresponsable de la tecnología.
  • Además, este cambio de terminología podría fomentar un enfoque más crítico y reflexivo sobre el impacto de estos sistemas en la sociedad, en lugar de simplemente aceptar la «magia» tecnológica que a menudo rodea la palabra «inteligencia».

4. Menor riesgo de dependencia:

  • El término «IA» puede fomentar la dependencia emocional o social hacia estas herramientas, ya que se tiende a atribuirles capacidades que no poseen. Esto podría llevar a que los usuarios dependan de ellas de manera inapropiada, proyectando confianza sobre sistemas que no están diseñados para comprender las emociones humanas ni actuar de manera ética.
  • Con algoritmos correlacionales, el enfoque estaría más centrado en funcionalidad, herramienta y propósito, lo que ayuda a mantener una relación instrumental más saludable y consciente con la tecnología.

5. Evitar la «híper-mercantilización» de la IA:

  • La denominación «IA» ha sido utilizada por las empresas para vender la idea de que sus productos son «inteligentes», lo que genera un atractivo comercial excesivo. El cambio a algoritmos correlacionales podría reducir esta hiper-mercantilización, al evitar que los usuarios asuman que se están interactuando con algo con «conciencia» o que la máquina «entiende» sus necesidades, sino que simplemente sigue patrones de datos preestablecidos.

6. Evitar la personificación errónea:

  • El término «IA» puede inducir a la personificación de la máquina. Las personas podrían interpretar a estos sistemas como «interlocutores» o «compañeros» en una conversación o interacción, cuando en realidad, están simplemente ejecutando algoritmos predefinidos basados en patrones de datos. Esto podría llevar a relaciones deshumanizadas y a un uso inapropiado de estas tecnologías.

Conclusión:

En lugar de seguir usando el término «IA», que puede generar confusión, malentendidos y expectativas erróneas, «algoritmos correlacionales (AC)» puede ser una denominación más precisa y menos engañosa. Esto contribuiría a una comprensión más clara de la naturaleza de estas tecnologías, ayudando a evitar la deshumanización de las relaciones tecnológicas y fomentando un enfoque más crítico y ético hacia su uso.

¿Qué tiene todo esto que ver con el llamado aprendizaje de las máquinas?

El aprendizaje de las máquinas (o machine learning) está directamente relacionado con los algoritmos correlacionales que hemos estado mencionando, ya que es uno de los principales métodos que se usan para entrenar a las «IA» o, como proponemos, a los AC (algoritmos correlacionales). A continuación, te explico cómo se conecta todo esto:

1. El Aprendizaje de las Máquinas como una Forma de «Correlación»:

  • El aprendizaje automático se basa en algoritmos que aprenden a partir de datos. Estos algoritmos no tienen comprensión ni conciencia del contexto o significado detrás de esos datos, sino que simplemente buscan patrones o correlaciones entre las entradas y las salidas.
  • Por ejemplo, si entrenamos un modelo de aprendizaje automático con miles de ejemplos de texto, este algoritmo «aprende» a correlacionar las palabras y frases que se suelen usar juntas, sin tener conciencia real de lo que esas palabras significan. Esto es el «aprendizaje» en el sentido más técnico: reconocer patrones y optimizar la precisión en las predicciones basadas en esos patrones.

Este enfoque de «correlación» es la base de las herramientas tecnológicas actuales, como los modelos de lenguaje que usamos en chats o sistemas de recomendación.

2. Diferencia entre «aprendizaje» humano y «aprendizaje» de la máquina:

  • El aprendizaje humano involucra más que solo encontrar patrones. Los seres humanos son capaces de aprender de experiencias subjetivas, tomar decisiones con base en valores y emociones, y aplicar contexto en situaciones ambiguas. Este aprendizaje está también guiado por la autoconciencia y la capacidad de hacer juicios éticos.
  • El aprendizaje de las máquinas, en contraste, es puramente matemático y se limita a procesar grandes volúmenes de datos para encontrar correlaciones. No implica subjetividad, ni conciencia, ni valoración ética de las situaciones. Solo se enfoca en mejorar su capacidad de predicción basada en los datos que se le proporcionan.

3. ¿Cómo afecta esto a la noción de «IA»?:

  • Cuando hablamos de «inteligencia artificial», estamos utilizando un término que sugiere que estas máquinas tienen autonomía cognitiva o capacidad intelectual, lo que no es cierto. En realidad, lo que sucede con la IA es un proceso de aprendizaje supervisado (cuando los humanos etiquetan los datos para entrenar un modelo) o no supervisado (donde el sistema encuentra patrones por sí mismo sin intervención directa).
  • Esta diferencia puede ser más clara si hablamos de algoritmos correlacionales (AC), ya que enfatiza que la máquina no «aprende» de la misma manera que los humanos. Las máquinas no entienden lo que están procesando; simplemente ajustan parámetros matemáticos basados en la correlación entre los datos de entrada y salida.

4. El peligro de atribuir «inteligencia» a las máquinas:

  • El aprendizaje de las máquinas puede producir resultados impresionantes, como la capacidad de predecir el siguiente término en una conversación o recomendar productos en función del historial de navegación. Sin embargo, este «aprendizaje» no debe ser confundido con inteligencia auténtica.
  • Cuando las personas atribuyen «inteligencia» a un sistema basado en aprendizaje automático, pueden llegar a creer que la máquina tiene algún tipo de autonomía o incluso que está «pensando» como lo haría un ser humano. Pero lo que en realidad está haciendo el sistema es ajustar patrones numéricos que no tienen relación con el concepto humano de «comprensión» o «conciencia».

5. Impacto en la interacción y la deshumanización:

  • El aprendizaje automático es muy eficiente para tareas como la clasificación de datos, el reconocimiento de patrones o la predicción, pero no puede comprender la complejidad emocional ni la profundidad moral de las interacciones humanas.
  • Esto puede llevar a una deshumanización en las interacciones, especialmente cuando las personas creen que están interactuando con una «entidad pensante» (la «IA») y no con un sistema basado en patrones. Esta creencia podría generar dependencia emocional o la falsa sensación de que la máquina es un compañero confiable en aspectos complejos como la amistad, el amor o los dilemas éticos, lo que puede ser perjudicial para el bienestar humano.

Conclusión:

El aprendizaje de las máquinas está intrínsecamente ligado al concepto de algoritmos correlacionales, que buscan patrones y optimizan predicciones basadas en datos, pero carecen de comprensión auténtica. La «IA» es, en realidad, una serie de algoritmos entrenados que ejecutan tareas específicas según las correlaciones encontradas en los datos, y no una inteligencia consciente. Cambiar el término a algoritmos correlacionales (AC) podría ayudar a clarificar que estas tecnologías son simplemente herramientas matemáticas, sin conciencia, valores ni entendimiento real del contexto humano.

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