Pintadas en la capilla de la UAM el 15 de junio de 2016.

El asalto a la capilla de la Autónoma pudo ser obra del Yunque Solo a un yunquista despistado se le ocurriría reclamar con pintadas en una capilla "educación laica" y "aborto libre"


ANTICUADO, AMISTOSO y que busca el AUTOBOMBO. Estas tres características del Yunque se convierten en indicios de que esta sociedad secreta puede ser responsable del asalto a la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid en la noche del 14 al 15 de junio de 2016. ¿Quiéren saber cómo?

Tres pruebas como tres aes

ANTICUADO: A ningún asaltacapillas que se precie se le ocurriría reclamar cosas que ya tiene desde hace 30 años (aborto libre) o más de medio siglo (educación laica). Para empezar, un vándalo escribiría educación sin tilde (en mayúsculas desde luego), pero es que además con solo ser un poquitín de izquierdas (y hay que suponer que para asaltar capillas hay que serlo), se pide ESCUELA -universidad en este caso- PÚBLICA, laica y gratuita, pero, por Dios, no educación, que los izquierdosos no vamos a la escuela a que nos eduquen. De modo que ahí le hemos pillado: el autor es una persona educada, que respeta las reglas gramaticales hasta en las tildes y tiene aprecio por una palabra tan repelente para la izquierda como educación.

Del aborto un izquierdoso que se precie pedirá que sea sagrado, y más si lo escribe en un lugar sagrado de quien considera enemigo. Hasta las Femen saben que en España el aborto es libre y piden que sea sagrado. Vamos, que esos eslóganes son los que se imagina en boca de un asaltacapillas alguien que ha estudiado «liderazgo» en una anticuada escuela del Yunque, donde aún creen en peligros de revoluciones marxistas y cosas por el estilo. Fíjense en el detalle de que, por dos veces, el autor de la pintada no ha sabido recordar cuál es el símbolo feminista (o de la feminidad, círculo con cruz para abajo) y ha pintado hasta dos flechas por arriba, confundiéndose con el símbolo de la masculinidad. No cuela.

AMISTOSO: El que ha perpetrado lo que quiere ser un delito de falta de respeto a la religión lo ha hecho, a mi entender y con perdón del pobre capellán que estará consternado porque le han echado pintura sobre las imágenes y el sagrario, con relativo respeto. Claro que es un sacrilegio atentar contra un lugar sagrado, pero hay sacrilegios y sacrilegios. El autor no se ha tomado la molestia de hacer nada verdaderamente ofensivo o desagradable: ni sillas rotas, ni dibujos obscenos, ni insultos, ni siquiera quitar una sola cruz del Viacrucis. Tanto como odio a la religión yo no diría que hay… Hay un deseo de provocar, desde luego, pero, ¿y si fuera fuego amigo de alguien que necesita bajas en el campo que supone propio? Antes de pasar a la tercera prueba, mi recomendación a los yunqueros que deseen fabricar más ataques de este tipo es que se pasen por lugares donde auténticamente se persigue a los cristianos, pongamos Rivas-Vaciamadrid, y vean cómo allí pintan en las iglesias lindezas del estilo «fuera rosarios de nuestros ovarios» (y no mariconadas, con perdón, como «aborto libre») y les dicen a los cristianos auténticos insultos intimidatorios al entrar y salir de misa, hasta el punto de que tiene que ir la Guardia Civil a protegerles. Que no cuela.

AUTOBOMBO: Cui bono, cui prodest? El asalto beneficia, naturalmente, a los que opinan que hay que utilizar la violencia, o al menos la fuerza de la ley, para obligar a que se respete a la Iglesia. Posiblemente el autor de este asalto es reincidente o trata de imitar algo. Naturalmente, trata de imitar el asalto a la capilla de la Complutense del que ya trató de sacar partido el Yunque. Pero lo hace mal, porque operatur sequitur esse, el obrar sigue al ser, y lo mismo que le falta práctica para hacer el símbolo femenino y le salen dos flechas como dos cuernos delatores, le falta práctica en asaltar capillas para llamar la atención -lo cual se hace en horas punta y se graba en vídeo, pues ya se sabe que no tendrá consecuencias ni aunque llegues a portavoz del Ayuntamiento de Madrid- y le sobra práctica en acciones cometidas con nocturnidad, como suele ser el pintadismo de derechas. Sospechosamente parecida a otras pintadas como el ETA mátalos -igualmente anticuado porque eso ya no lo escribe nadie en el entorno abertzale, que yo sepa- referido a cierto partido con connivencias con el Yunque… Henos aquí que sucede esto también en campaña electoral, y entonces la prueba toma nuevos brillos.

En resumen, la pintda puede haber sido obra de un chavalín del Yunque, o pagado por ellos, con propósito de revertir en votos hacia su extremismo, protagonismo para ellos (somos necesarios y no meros protestones, el peligro es real), y por último, para hacer caja: ¿qué se apuestan a que los del Yunque se ofrecerán, no solo a rezar rosarios de desagravio en la capilla, sino a pagar el despintado y repintado, y hasta nuevas imágenes? Y así se cumplirá lo que dice un obispo, que se dio cuenta de que el Yunque pedía dinero para ayudar a cristianos perseguidos, y con ese dinero perseguía a otros cristianos… No puede ser de otra manera, cuando lo importante es ser protagonistas al precio que sea. Y si quieren saber más, lean El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos.

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