Propaganda del Yunque (Abogados Cristianos) en la revista Misión A la revista Misión que hace publicidad de la Asociación de Abogados Cristianos (Yunque), le digo con el papa Francisco: no sean cómplices de la corrupción


La revista Misión, vinculada -según afirma en la mancheta de su página 6- a la Universidad Francisco de Vitoria y al movimiento Regnum Christi (y por tanto a los Legionarios de Cristo), dedica dos páginas (50-51) en su último número (marzo-mayo 2016) a hacer publicidad de la tapadera del Yunque llamada Asociación de Abogados Cristianos, presidida por la yunquera (juramentada) Polonia Castellanos.

Como no pueden ignorar los responsables de esa revista, la pertenencia de Polonia Castellanos al Yunque es hecho manifiesto y publicado en el libro El Yunque en España, el mismo en el que el experto en sectas de la Conferencia Episcopal Española D. Luis Santamaría califica al Yunque de «sociedad secreta anticristiana».

Difícilmente se puede, pues, poner el reportaje sobre la citada asociación, que firma Margarita García (subdirectora del Programa Últimas Preguntas de TVE), bajo el epígrafe «fe viva», como hace la revista Misión, ni titular que «hacer escarnio de la fe no debería salir gratis», porque mayor escarnio que el sacrilegio cometido por quienes no tienen fe es el insulto contra el segundo mandamiento de quienes dicen tener fe y sin embargo se someten y someten a otros a un juramento inválido, en el que el nombre de Dios es invocado para lograr los fines políticos del Yunque, que luego rechaza someter su estructura y actividades supuestamente orientadas al Reino de Cristo, al criterio de la Iglesia.

Subtitulo este artículo pidiendo que me den de baja de la revista, como única forma de hacerme notar, ya que la de escribir un libro y desvelar qué narices es el Yunque parece ser irrelevante para ellos, como fue para la revista Ecclesia motivo de mofa. Y es que ya dije en la presentación del libro (17 de diciembre), comentando precisamente que esos días hubiera aparecido la yunquera Polonia Castellanos tanto en la COPE como en 13TV como en Radio María, que sí, por lo visto los obispos tienen muy claras las ideas sobre el Yunque y por tanto no puede hablarse de discordancia, pero sí de una cierta disonancia, que se produce al dar algunos obispos advertencias frente al Yunque que no son por supuesto negadas, pero sí apagadas por el ruido de las voces que, procedentes del Yunque, se oyen en los medios autodenominados católicos.

Y si hubiera voluntad de que tal disonancia desapareciera, digo yo, no estaría de más que al igual que hacen con los del Yunque, me invitaran a mí también a presentar el libro sobre ellos en La Cope, 13TV, Radio María o, ahora, la revista Misión, que se autoproclama la «más leída por las familias católicas de España»; ya dije en la presentación que dudaba de que eso fuera a pasar, y por eso se lo digo aquí a la revista Misión: o tiene a bien rectificar, digamos con un par de páginas que pongan los puntos sobre las íes respecto al Yunque, o desde luego en mi familia va a dejar de ser leída y por eso les ruego, en previsión de que no tengan ánimo de rectificar, que dejen de mandármela.

Si alguien me objeta que mejor que haber denunciado este suceso hubiera sido intentar «corregir» advirtiendo a la revista de forma discreta, le diré que, tratándose de gente que recurre sistemáticamente a la mentira, es decir de un caso de corrupción en el que se desprecia la corrección por obstinación, pretender que hay choque entre corrección y denuncia es hacer juego a esa farsa; así que le copio para su reflexión las palabras del papa Francisco en la bula de Jubileo de la Misericordia, Misericordiae Vultus, nº 19:

«Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos. La corrupción es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga. Corruptio optimi pessima, decía con razón san Gregorio Magno, para indicar que ninguno puede sentirse inmune de esta tentación. Para erradicarla de la vida personal y social son necesarias prudencia, vigilancia, lealtad, transparencia, unidas al coraje de la denuncia. Si no se la combate abiertamente, tarde o temprano busca cómplices y destruye la existencia.»

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