Billete del Consejo de Asturias y León, con Cruz y todo.

Los anarquistas protestaron contra la incompetencia militar del PCE en Asturias En el Consejo Soberano de Asturias y León, en cenetista Eduardo Vázquez pide un general que subsane la incompetencia militar del PCE, en respuesta a Ambou


Así trataron los anarquistas de rectificar el curso de la guerra en Asturias. Del poco éxito de la protesta anarquista contra la incompetencia militar del PCE da idea el que el consejero Eduardo Vázquez fuera pronto relevado: el 23 de diciembre de 1936 lo sustituyó el ugetista Valentín Calleja.

Intervención de otros delegados en la sesión del Comité Provincial del Frente Popular de Asturias el 20 de octubre de 1936 en Gijón. Los anarquistas ponen contra las cuerdas al comunista Ambou, pero salva a este la intervención del delegado de agricultura, también comunista, y los socialistas.

[Folio 401, continuación tras dar la palabra por turno el presidente a los que quisieran hablar después de Ambou.]
Vázquez [Eduardo Vázquez, Delegado de Marina Mercante y Pesca, CNT] dice que primeramente quiere recoger una alusión del compañero Ambou referente al criterio que sustentaba en un principio la C.N.T. de no movilización, y cree que no es este el momento en que debe plantearlo el compañero Ambou y no son esos los momentos porque a pesar de los acuerdos tomados, a pesar de llegar a esa movilización en lugar de éxitos no tuvimos más que fracasos y entonces pudieramos alegar nosotros ahora, a pesar de nuestra conformidad podriamos decir que los fracasos se deben precisamente a
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la movilización. Explicaba Ambou como se inició el movimiento y nosotros podemos decir que se inició sin armamento ninguno, solamente con el entusiasmo de la multitud, nada más que fue el entusiasmo el que en Gijón, con cuatro escopetas y cuatro fusiles se hizo fuerte y venció a un Regimiento como el de Simancas que era uno de los mejores pertrechados de España, se venció a Cazadores, a la Guardia Civil todos ellos superiores en fuerza, y sin embargo fueron vencidos por pequeños grupos y sin armamento. Se hizo cerco a Oviedo, se evitó que Aranda con fuerzas bien pertrechadas y en bastante número saliera de Oviedo para socorrer a Simancas, teniendo aquí un barco de guerra y viniendo la aviación enemiga a sembrar el pánico y destruir edificios, consiguiendo, sin un ejército las grandes victorias y con un ejército organizado vamos sufriendo las grandes derrotas. Por eso estimo que Ambou no debe exponer su criterio ahora, sino cuando hubiera victorias que pudieran achacarse a la militarización. La retirada de la Espina dio motivo a la reunión de Grado, pero si la retirada de la Espina fue algo enorme, la de Cornellana fue todavía peor porque se estaba en mejores condiciones, se estaba con un mando único y aquella retirada no tenía explicación y yo me explico la primera retirada pero no la segunda, porque en la primera no había ejército de retaguardia, en la primera no podía existir el miedo al copo porque entonces los milicianos que ocupaban algunas montañas no tenían otros atrás que les guardaran, podian tener miedo cuando oian algunos tiros a derecha o izquierda por si el enemigo iba por algunos senderos, porque faltaba algo en la retaguardia. En las otras retiradas, donde además de haber compañeros defendiendo aquellas posiciones había batallones en la carretera para acudir en socorro de las posiciones que se hallasen en peligro, era todo lo contrario, porque los batallones de la carretera lo único que hacían era unirse a los otros para seguir carretera adelante retirándose también.
Vamos a la operación de Grullos: Yo no voy a culpar al Estado Mayor de incapacidad, pues es muy posible que el Estado Mayor planee las operaciones de una manera formidable pero esto no basta porque el Estado Mayor puede estar engañado y organizar una operación por Grullos porque le digan que en la parte de El Escamplero se resiste, que hay fuerza para resistir evitando la entrada en Oviedo. De no ser así no me explico una ofensiva por Grullos que deja entrar al enemigo por Escamplero, ya que el Estado Mayor se debía ocupar de defender el Escamplero en vez de hacer una operación por Grullos. Seguramente el Estado Mayor estará confiado en la misma resistencia que se había tenido hasta entonces para evitar la entrada del enemigo por Escamplero la habría entonces, yo no se si la habría pero de ser así no estaba organizada bien, lo que prueba el que por Naranco haya entrado el enemigo sin disparar ni un tiro siquiera. Esa fuerza que había para hacer esa operación sobre Grullos hubiera sido necesaria para defender al enemigo y que no entrara en Oviedo. En cuan-
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to a los telegramas recibidos no hay que hacer mucho caso porque también Oviedo decía y dice ahora que necesita refuerzos propios, pero eso no puede serviros de esperanza a no ser que pudieramos decir: pide refuerzos, sí, pero esos refuerzos no pueden llegarle, pero diciendolo con toda seguridad porque también se decía antes que no le llegaría gente porque nosotros lo evitaríamos y no fue así. No le parecerá mal [a] Ambou que sigamos con pesimismos, pues los refuerzos entraron y es necesario poner un remedio a esto. El Estado Mayor está para hacer y dar planes de la forma en que va a realizar una operación. En la Guerra Europea y en casi todas las guerras intervenía muchas veces la política porque la toma por ejemplo de un pueblo, si no tenía gran resonancia militar la podía tener política. Yo entiendo que debía haberse conformado con tener sitiado a Oviedo sin permitir salir ni entrar a nadie, como hace el enemigo con Huesca que la tiene sitiada y está avanzando bastantes kilómetros porque quizá a ellos, de atacar, les pasaría lo que a nosotros en Oviedo. Y nosotros tuvimos que recurrir al ataque a Oviedo porque veiamos al enemigo demasiado cerca, porque a pesar de las garantías que ofrecía el Departamento de Guerra la columna entró en Oviedo. Puede haber un Estado Mayor y también un General. Joffre, cuando la guerra europea era el Jefe de los Ejércitos que operaban en Francia, pero había un Estado Mayor que forjaba un plan de ataque y el general era quien mantenía la disciplina del ejército, realizando las operaciones con el plan que le entregaba el Estado Mayor. Hay muchas veces que el Estado Mayor está a una cantidad considerable de kilómetros del frente de lucha y no manda más que a sus ayudantes a llevar las órdenes al Jefe de columna. Un Jefe de columna no puede mover sus fuerzas sin órdenes terminantes del Estado Mayor que es el que lleva el plan de las operaciones. Por eso cuando Ambou decía que el traer un General sería un entorpecimiento y que molestaría al Estado Mayor, yo no estoy conforme, porque creo que el General ha de venir a imponer una disciplina en el ejército, a levantar una moral y ha de venir también porque como no existe una jerarquía superior, muchos en vez de buscar méritos propios no miran más que el perjudicar a fulano o citano, y por eso proponemos que venga un General o Coronel que se encargue de las operaciones. Estimo que al igual que hay un Jefe de columna debe haber un Jefe de todos los ejércitos que operan en Asturias y quizá extensivo a todas las fuerzas que operan en el Norte, levantando el espíritu de todas las fuerzas que combaten.
Decía Ambou que no veía bien que los cargos se pusieran a disposición del Gobernador porque esto es el Frente Popular, pero hay que tener en cuenta que las organizaciones no nos designaron para determinados Departamentos sino para el Comité Provincial y éste distribuyó las funciones, y es aquí en el Comité Provincial donde lo debemos
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presentar, ¿a quién?, pues al compañero Presidente, no como Gobierno, sino como Presidente nada más. No es una dimisión del Comité Provincial que va a cesar como tal, sino que aquellas funciones que nos dimos los unos a los otros pueden distribuirse de otra forma, y en caso de cesar tendriamos que presentar la dimisión de los cargos a las organizaciones. Me parece que está bien dar al compañero presidente las atribuciones para que él de a cada cual los cargos que crea que esten al alcance de uno. Decía Ambou que en la guerra había derrotas, pero había responsabilidades y destituciones precisamente por esas derrotas, y cuando un ejército no tiene más que derrotas y no victorias, el mando en ese sentido está fracasado. No podrá negar Ambou que si reconocemos que hay hombres bastantes, fusiles y municiones y vamos a rechazar la entrada del enemigo por los distintos frentes sin conseguirlo, eso es falta de organización y voy a demostrarlo: Hay una loma tomada, hay además milicianos en la retaguardia hay un batallón de éstos dispuesto en cualquier momento a salir para el sitio que sea preciso, y se dice que la retirada fue porque no había la gente suficiente para la resistencia, lo que es falta de organización, ya que la Comandancia debía de tenerlo todo dispuesto para cuando marchan unos enviar a otros allí y en este caso las derrotas serían por el empuje arrollador del enemigo, pero habiendo personal, armamento y municiones las retiradas son por falta de organización.
Ambou plantea la cuestión de Sanidad queriendo cargar a otros la responsabilidad. Si hay muchas cosas en la retaguardia eso no es argumento porque en los frentes también tienen bastante, y sería argumento si allí faltase pero eso no sucede. (Advierte que las cuestiones van un poco mezcladas pero es que va a ir contándoselas en la misma forma en que las planteó Ambou).
No puede decirse que el Departamento de Sanidad debe estar sometido a Guerra porque entonces todos los Departamentos dependerían del de Guerra, lo que si puede decir Guerra es “yo necesito una sección o regimiento de Sanidad Militar para que esté a mi disposición”, ese, desde luego, está bien y lo que esté militarizado debe ser única y exclusivamente del Departamento de Guerra. En cuanto a Obras Públicas hay que señalar que el compañero de dicho Departamento pidió que se le diese un plan de Parque Móvil para ponerlo exclusivamente al servicio de Guerra y no lo recibió por lo que si hubiera deficiencias en esto no se le podrían achacar a Obras Públicas porque a su debido tiempo expuso esta conveniencia a Guerra siendo ésta quien tenga la culpa de lo que pueda suceder. Lo mismo pasa en la cuestión de Sanidad pues Guerra debió haber presentado un plan diciendo necesito tantos médicos, tantos practicantes, tantas ambulancias, etc. y si no le fuesen facilitados entonces podría cargar a Sanidad la responsabilidad.
Ambou contesta que ya presentó el plan a Sanidad.
Continua en el uso de la palabra el compañero Vázquez diciendo que va a lo fudamental: Yo presenté un día la dimisión en la Organización
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con carácter irrevocable y a Belarmino Tomás despues porque para el desempeño de mi labor encontraba dificultades en la misma organización que yo representaba. Si hubiesen sido todas las Organizaciones hubiese insistido pero como fue una organización sola la que me presentaba obstáculos por eso volví. Y si Ambou encuentra obstáculos por tal o cual organización y no encuentra la cooperación debida por el Estado Mayor o quien sea, el compañero Ambou estaría en el mismo caso que yo y debía decir: me falta esto, tal organización no coopera conmigo al buen desenvolvimiento de mis funciones y me encuentro fracasado, que se ponga aquí otro compañero a ver si con más autoridad que yo encuentra el calor necesario para la buena marcha de los asuntos en Guerra. Ambou nos presenta un plan de organización, pero qué más da, si lo presenta y no lo puede llevar a la práctica. Por eso yo exijo que los fracasos sean de Ambou y que éste diga que es responsable unicamente de todos los fracasos que ocurran.
Ambou dice que en efecto se hace responsable de ellos.
Hace uso de la palabra el compañero Rafael Fernández [Delegado de Hacienda, JS, luego JSU] quien dice que va a hacer dos consideraciones, aún cuando la primera es algo que no corresponde dejar sentado aquí sino en la Organización.
Siempre que se plantea un problema de importancia manifiesta lo llevo al seno de la Organización. Ayer en la reunión que celebró la Comisión Ejecutiva y a la que asistió el compañero Suárez [Manuel Suárez Vázquez, JS, Delegado de Instrucción Pública] como representante de la misma en el Comité Provincial y solo uno de la Comisión Ejecutiva intervino frente a mis manifestaciones, no para combatirlas sino por entender que no era el momento adecuado para plantear estos problemas porque pudiera entenderse que era una lucha de Organizaciones. Si a Ambou le hubiesen informado bien le dirían que a propuesta mía se acordó que la Ejecutiva no votase, no dándome a mi mandato concreto, sino que a la vista de los razonamientos que hiciera Ambou nos condujesemos, así que vengo con una libertad completa de movimientos por parte de la Comisión Ejecutiva que aceptó las propuestas que yo presenté.
La otra consideración es la siguiente: No vale el querer decir que dentro de la Comisión Provincial hay quien no tiene fe en el valor de la clase trabajadora. Estamos aquí, en un Comité Provincial, precisamente porque tenemos fe en una pujanza del proletariado asturiano; se habla de indisciplina general y se dice que es debido a la falta de capacidad o educación política de compañeros de determinadas organizaciones. Decía Ambou que habían sido precisamente las Juventudes quien más propaganda habían realizado en torno a la normalización de los cuadros, y yo recuerdo cuando nosotros asistimos a Grado y Cornellana a reuniones en que tenía intervención toda la fracción obrera y partidos que forma parte del Frente Popular y observa-
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mos que la indisciplina era general, de los que tenían una educación política y de los que carecían de ella, de los que habían hecho propaganda militarista y de quienes la habían combatido, de todo el mundo. Por esa indisciplina se perdió La Espina, Cabruñana, etc. etc., ¿la indisciplina puede achacarse solo a la falta de educación política?; a nuestro entender no, tiene una raíz más honda. Nosotros no presentamos conceptos “pequeño burgués”, no hemos dicho que el problema quedaría resuelto con venir a Asturias un General, hemos hablado de ello para unificar los mandos militares, para evitar las maniobras, hemos pedido la supresión del Comisariado por los razonamientos que expondremos.
Ambou reconocía la responsabilidad de los mandos y la Comandancia en lo sucedido en Oviedo días pasados cuando los facciosos se introdujeron en la ciudad. ¿Qué valor se puede pedir al luchador, cuando se ve que precisamente por la imprevisión de unos hombres, de unos mandos, y de una Comandancia que se ha llevado al Ejército de Asturias a una derrota, ya que no hay retirada porque no hay organización, porque los puestos no están cubiertos, las medidas no están tomadas. El Comisariado en los frentes para evitar la indisciplina y desbandadas ¿dónde estaba el sábado? Porque la indisciplina fue tan formidable que a mí me decían compañeros de toda solvencia, que en Mieres se habían presentado centenares y centenares de milicianos con fusiles e incluso con ametralladoras, habiendo ocupado algunos el coche de Carlos Martínez y que decían que ellos no querían entregar las armas ni querían dejar de luchar pero que querían que el mando les dijese donde habian de hacerlo. El sábado a pesar de la gravedad de los momentos, no hemos podido encontrar a ningún hombre del Comisariado y al único que encontramos estaba en la cama a las 12 horas de la noche. Yo tengo que insistir en que el Comisariado no sabía una palabra de lo que podía haber pasado y en la reunión del domingo nos decían que el mando militar no se explicaba como las fuerzas facciosas habían entrado en Oviedo ¿donde estaba por entonces el mando?
Se decia que el ataque a Oviedo no se había organizado a fondo y el Comité Provincial tuvo que imponerse a los mandos militares para que se atacase a Oviedo. Decían que ellos hubiesen querido terminar con la columna gallega para ir después sobre Oviedo, pero empezado el ataque y dejando a un lado eso, hemos visto que se desarrolló el ataque sobre Oviedo y en los mejores días de la lucha, cuando Asturias vivía días especialisimos por su clima, por la imposibilidad de actuar la aviación enemiga que es lo que más daños nos causa, y que no podía actuar debido a la niebla, la acción de nuestras fuerzas en Oviedo quedó contenida. Y nosotros preguntamos ¿por qué si hay orientación y organización, cuando se comienza una acción se interrumpe cuando las condiciones físicas son más favorables para nosotros? También se decía que se iba a realizar una acción sobre el lugar por donde tenian aprovisionamiento los facciosos, han pasado cinco días y no se ha realizado esa acción.
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Nosotros hemos planteado ayer una serie de proposiciones; una era la cuestión de la venida de un General a nuestra Provincia, la venida de un General no quiere decir que nosotros encarguemos de toda la cuestión del Comité Provincial referente a Guerra a un General o Coronel. Una cosa es la intervención del Comité Provincial en problemas de Guerra absolutamente y otra cosa son los problemas en los que Guerra puede actuar sola. Nosotros deseamos intervención constante del elemento militar en nuestras reuniones y discusiones. Ahora en el aspecto civil forzosamente tiene que ser un hombre civil quien esté. El Comisariado no es más que un elemento político, ¿el órgano encargado de avisar las indisciplinas y las desbandadas? Yo insisto en que las desbandadas se evitan, así como la indisciplina en los propios frentes y cuando surge una indisciplina en una acción de guerra no puede esperarse a que el Comisariado se traslade a donde aquella ocurra, en cambio dando a los Comités de Guerra de los frentes la extructuración que nosotros queremos dar, formando parte de los mismos los elementos militares y hombres civiles que han de reunir condiciones especiales de intervención en la Guerra Civil, significados que hayan combatido con las milicias que tengan autoridad en los primeros milicianos por su comportamiento, con todo eso evitaremos la indisciplina. Sucede lo de toda la vida; cuando llega el momento de una acción los hombres civiles y militares están en la Comandancia y no hay quien los dirija y las operaciones hay que ir a dirigirlas desde el propio campo de batalla.
Pero volvamos a lo del Estado Mayor, ni se considera conveniente ni preciso que venga un General a Asturias; yo digo, con un General en Asturias pudieran evitarse cosas de las que actualmente vienen sucediendo. En el Comité Provincial una denuncia contra uno de los elementos militares al servicio del Frente Popular; nace la denuncia de lo siguiente: de que se afirma que el Estado Mayor por escrito dio una orden para realizar determinada operación y otro elemento militar a espaldas del Estado Mayor rectificó aquella orden y mandó tomar posiciones distintas: donde hay un General no hay posibilidad de que sucediese eso, no habría más orden que la del General.
Nos habla Ambou de la organización del Departamento de Guerra, de los servicios que tiene establecidos, etc. etc.; el mes pasado se publicó un Decreto diciendo que a partir del primero de octubre se pagaba a los milicianos, los milicianos vienen todos los días a Hacienda y dicen que por qué no se les paga y en Guerra no tienen concepto aún de como tienen que hacer las nóminas, lo que prueba que no hay organización. En cuanto a Intendencia hay que señalar dos casos solamente que significan desorganización completa. Dando a cada miliciano el doble de lo que se da a la población civil se proporciona a los frentes kilos de harina capaces para mantener a 35.000 personas. Cuando
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se pide a Intendencia que diga la distribución del pan que dio con el harina entregada, Intendencia dice que no lo sabe. Esta mañana hemos pretendido poner coto a los desmanes que se vienen cometiendo en el consumo de tabaco. En el frente de Grullos se pedía tabaco para 4 o 5.000 milicianos que yo creo que no los hay, y hoy se presentó un vale pidiendo tabaco para 7.000 milicianos que se encuentran en La Manjoya y como hay un Decreto que me autoriza para limitar el consumo cuando lo considere excesivo le pregunté a Intendencia si allí había tal número de personas y me contestó que no podía decir los milicianos que hay en La Manjoya ni en ningún sitio, esto me lo dijo en mi despacho.
Servicio de información.- Una de dos, o hay información o no la hay, si no la hay no existe organización y si hay tal servicio es imperdonable que se vengan dando los partes que se vienen dando. Yo proponía ayer y hoy insisto en la proposición de que los partes de guerra han de ser una cosa oficial que responda a un criterio del Comité Provincial; Guerra debe venir aquí y traer los informes diariamente y nosotros confeccionaremos los partes de Guerra que se han de publicar. Las equivocaciones en guerra se pagan caras y sobre todo en estos momentos. Se habla de la aviación y yo tengo que demostrar la falta de información de Guerra en la cuestión de aviación. Yo quisiera que se me permitiera hacer una pregunta para que se me conteste en estos momentos por el compañero Ambou. En el campo de Carreño por sus condiciones en viniendo el invierno no pueden despegar los aparatos ¿hay en Asturias preparado algún campo de aviación para aterrizar durante el invierno? ¿Sabe algo de esto el compañero Ambou?.
Ambou contesta que no sabe nada.
Sigue Rafael Fernández usando de la palabra y dice, pues sí, lo hay porque hoy he pagado 11 mil y pico de pesetas para arreglar un campo de aterrizaje en la provincia que quizá sea el único que reune condiciones para el invierno.
(yo digo lo mismo que el compañero que me precedió en el uso de la palabra en cuanto al orden en que trato los asuntos).
El que en Madrid hayan organizado un comisariado no quiere decir nada porque Madrid no tiene experiencia como nosotros que podemos decir que el Comisariado es nulo. Todo lo que pueda ser un estorbo hay que suprimirlo, Desaparición del Comisariado de Guerra, eficacia en los Comités de Guerra en los frentes a los que se debe dar una organización a base de elementos militares y un representante por cada organización sindical o política que tenga milicianos en el frente, y por último un acoplamiento en los puestos del Comité Provincial para llevar los asuntos debidamente.
Ayer algunos compañeros ponían los puestos a disposición del Gobierno y se alegó que no es este el medio por cuanto nosotros no constituimos un Gobierno. Yo quiero recordar como surgió el nombramiento del Gobierno en nuestra Provincia y que la designación la hizo el Comité Provincial precisamente nombrando a uno de los miembros del mismo para Presidente. De ser
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el Gobierno algo Gubernativo entonces el partido socialista tendría que proceder a nombrar otro representante porque el Gobernador tendría que ser simplemente Gobierno, pero no, el partido y todo el Comité Provincial entiende que el Gobernador en este caso no es ni más ni menos que el Presidente del Comité Provincial, un miembro de dicho Comité. En nombre de las Juventudes acepta la propuesta de poner los puestos a disposición del Gobernador, siendo el propio Comité Provincial en pleno quien acople los puestos que se consideren convenientes.
En lo referente a Sanidad, pide que, quede como quede el Comité Provincial, haya o no acoplamiento, el Comité Provincial tome en cuenta la necesidad de organizar una Sanidad Militar que los médicos y camilleros, etc. etc. de los frentes estén controlados por Guerra y la Sección del Departamento de Sanidad no debe entrar en funciones más que en la retaguardia, cuando los milicianos salen de los frentes para ser hospitalizados. Y por último he de insistir en la necesidad de poner medidas a los desaciertos pasados, poner soluciones rápidas y eficaces a los errores que haya y las equivocaciones pasadas no pueden ser norma de conducta para lo futuro. Habla Ambou del gran contingente de fuerzas que los facciosos habían concentrado en nuestra provincia, pero como quiera que nosotros tenemos 3 o 4 veces más en el frente de occidente a ver si hay forma de darles una organización militar y de una vez ponemos término a la situación alejando la guerra civil y viendo de hacer una reconstrucción eficaz de nuestra economía.
Hace uso de la palabra el compañero Fanjul [Eladio, de la FAI, delegado de Asistencia Social] porque dice que no quiere dejar sin contestar ciertas manifestaciones de Ambou en relación con la retirada de Grado y la tenencia de armas y municiones por parte de la C.N.T. indicando que si no fuera por estos callaría y se suscribiría a las manifestaciones de Rafael [Fernández, Delegado de Hacienda, JS, luego JSU]. Siento bastante -dice- que Ambou para defenderse haya tenido que remontarse a fechas en que él no dependía del Departamento de Guerra. Nosotros hemos hecho varias visitas al Comisariado significando la necesidad de tomar medidas ante el avance de la columna gallega. En caso de que sea una columna resistente -decían ellos- con los hombres, cartuchos, ametralladoras y fusiles que hay se podía contener: esa columna pasó Vegadeo y Navia, volvimos allí y nos dijeron: no hay peligro, no llega a Oviedo, y llegó. Por otra parte quiero recordarle manifestaciones que hizo ya en anteriores reuniones en relación con ese material que apareció en La Felguera. Yo asistí al Congreso de Zaragoza en el que tomamos el acuerdo de realizar una alianza revolucionaria con la U.G.T. [IV Congreso de la CNT, celebrado en Zaragoza del 1 al 10 de mayo de 1936] y ya funcionaba un Comité de Defensa que
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era encargado de la preparación revolucionaria. en Francia, en París y en Tolus [Toulouse, Tolosa] teníamos un Comité encargado de suministrarnos cuanto armamento les fuera posible, enviando nosotros cantidades a partir de ese momento y empezando una vida activa en ese sentido de preparación revolucionaria, algo de lo que teníamos encargado lo habíamos recibido. Después de empezar el movimiento, cuando aún teníamos la frontera libre algo recibimos, pero después no puede ser ya. Quiero decir con esto que los compañeros de La Felguera no tenían el material acumulado y escondido para una vez terminado el movimiento tener medios con que defenderse. Desde luego, nosotros los anarquistas en este movimiento somos los que más perdemos, pues nos olvidamos de nuestra ideología, transigimos con muchas cosas, pero ante todo anteponemos la guerra, vamos a estrangularlos y una vez hecho esto nos marcharemos. En aquella reunión de Grado se acordó efectuar el relevo se hizo abandonando Salas; llegamos al alto de Cabruñana y las fuerzas que fueron relevadas lo fueron por la columna de Otero que hizo una promesa de recuperar lo que había perdido y a pesar de aquella promesa y de que era columna extructurada militarmente, aquellos de la C.N.T. sin militarizar tuvieron que volver al frente a relevar a la columna de Otero. Así ocurrió también con las fuerzas de Celesto que operaban en Pravia y fueron relevadas por otras militarizadas perdiendo más terreno.
Hemos llegado a la militarización, a donde llegaron los socialistas a donde teníamos que llegar a donde puedan llegar ellos lo haremos nosotros haciendo eso para evitar que el fascismo llegue a triunfar, antes de cargar con esa responsabilidad histórica haremos lo que sea preciso. Se organizó la operación de Grado, se corrió, se tomó aquella loma y si se les hubiera ordenado tomar la más grande lo hubieran hecho, pero tuvimos que abandonar pequeñas y desistir del avance por aquella parte. Cuando se pensó mandar las fuerzas al sector de Grullos, ya se sabía que el del Escamplero estaba muy débil y en cambio se pensó realizar el ataque por Grullos sin darse cuenta que lo que hacía falta era fortalecer el Escamplero para evitar que el enemigo pasase, y el enemigo pasó por ausencia de mando porque los milicianos lo abandonaron sin tirar un solo tiro y el mando brilló por su ausencia. Ocurrió más tarde que al llegar los compañeros de Vizcaya preguntan: ¿qué posiciones vamos a tomar? y no teníamos ni guía ni mandos, absolutamente nada para aquellos compañeros que se encontraban en terreno desconocido, mientras que en Grullos había acumulación enorme de oficiales y donde debían estar no estaban. El domingo en Lugones han tenido que venir apresuradamente compañeros de uno y otro sitio a pedir fuerzas porque había 60 hombres solamente y corrían el peligro de que el enemigo saliera por allí. Se mandaron las fuerzas después que vinieron a decir eso, no antes como debió haber sido.
Hay otra cuestión que es la que refería Rafael de información y he de señalar el parte que trajo el periódico de la toma de “Avance” y del
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Gobierno Civil. Mi Departamento tiene poca importancia, pero si es necesario sacrificarlo, que me traslade o me marche del Comité Provincial así lo hago. Hay que reconocer los fracasos; no somos técnicos ni profesionales en las funciones que se nos encomiendan y si hay compañeros aquí que desempeñen nuestras funciones mejor que nosotros mismos deben hacerlo sin que esto sea desdora y si uno fracasa no por eso lleva el fracaso al partido que representa, es un disparate sostener esa doctrina.
El Gobierno de la República, a partir de la guerra civil ha cambiado tres o cuatro veces, porque es necesario ponerse a la altura de las circunstancias. Yo estimo, como Rafael, que se debe hacer una labor de organización del Comité Provincial.
El compañero San Martín [José San Martín, delegado de Obras Públicas, IR] hace uso de la palabra para manifestar que como Ambou aludió a Obras Públicas va a hacer solamente unas indicaciones para manifestar que el citado Departamento facilitó cuantos medios auxiliares necesitó Guerra haciendolo siempre con toda amplitud. Manifiesta que va solamente a citar algún caso para que fingure en acta y queden en buen lugar los compañeros que vienen haciendo trabajos en el Departamento. En una ocasión se dijo a Obras Públicas que el puente de Cayés se había ido al río por una chispa eléctrica y era necesario hacer paso por allí, pues bien, en muy pocos días se preparó un puente que puede prestar servicio incluso por algunos años, facilitando así el paso de las tropas, etc. Otra noche se pidió que antes del amanecer se recogiesen municiones y material de guerra que había llegado para evitar que lo viera el enemigo y lanzase bombas sobre ello, y con gran esfuerzo conseguimos que se depositase todo en los polvorines a la mañana siguiente. Cuantas veces se pidieron vehículos para el envío de tropas, por el departamento de Guerra, se les facilitaron, y ahora como antes, el de Obras Públicas está a su disposición para darle cuantas facilidades sean necesarias, ya que la misión de Obras Públicas, por ahora, es la de facilitar los medios auxiliares de guerra, más adelante tendrá que reconstruir muchas cosas que por estrategia se echaron abajo ahora. Señala también el caso de la evacuación de Trubia en que se enviaron los materiales de guerra a Mieres y otros lugares con la mayor rapidez.
Hace uso de la palabra Amador Fernández [delegado del Departamento de Interior, Justicia y Comercio, PSOE] quien dice que esperaba oir a Ambou un plan de organización para el futuro pero no una defensa de la organización del Departamento de Guerra hasta el presente, pues en vez de organización es una desorganización.
Señalaba Fanjul en cuanto a comunicaciones el caso concreto de la noticia publicada sobre la toma de “Avance” y el Gobierno Civil y al enterarme yo y preguntar por qué se dio tal noticia me contestaron que la había dado Madrid por la radio y para no desconosolar a
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la opinión asturiana ellos también la habían confirmado, pero es el caso que cuando se estaba cursando la noticia a Madrid por escrito de Departamento de Guerra yo me acerqué a Ramón G. Peña y le dije: se está dando este parte a Madrid que es totalmente falso, yo termino de hablar con un camarada que ha llegado en estos momentos de Oviedo y estaban en La Argañosa y nuestra posición es: depósito de máquinas y una parte de las casas de la barriada de la Argañosa, pero no estamos ni mucho menos en el Gobierno Civil y casa de “Avance”, de suerte que esa noticia es falsa y así no se gana nada, y él decía que no sabía nada pero que debía ser cierta porque había noticia en el Departamento de Guerra; al día siguiente yo estuve en Oviedo y pude comprobar que lo cierto era lo que a mí me habían dicho.
Hay, desde luego, falta de organización en comunicaciones que es lo más interesante y sin embargo están organizando un equipo de alpinistas autorizando la requisa de una serie de cosas, cuando en realidad debía de crear un equipo de comunicaciones porque de él puede depender el éxito de infinidad de batallas. Si no se tiene organización en la retaguardia, a pesar de todos los milicianos, perderemos las batallas. En la zona que impedía la entrada de la columna llamada gallega en Oviedo, hubo hombres suficientes, armas en cantidad, municiones sobrantes pero faltaba la organización e intendencia; había una loma en discusión 2 o 3 días, que las fuerzas gallegas sentían afán de tomar y nuestras fuerzas contenían con la suficiente fortaleza y sentían no menos deseos y apetencia de ser ellos los que se quedasen en posesión de la loma; hubo momento en que la batalla se inclinó a nuestro favor, quedó nuestra fuerza en posesión de la loma pero hay deficiente organización en intendencia y una fuerza que estaba luchando durante bastantes horas que había logrado tomar aquella loma, necesitaba ser sustituida por otra y se les anunció la sustitución, y pasó una hora y otra y pasaron más de 24 horas y el relevo no llegó, y como aquellos hombres no tenían alimentos no hubo posibilidad material de sostenerse más allí; el capitán abandonó su posición para informarse del momento en que el relevo llegaría y al marchar el Jefe, tras él siguió toda la compañía y entraron los contrarios y eso fue debido a deficiencia de organización de la intendencia y comandancia militar.
El primer día del ataque a Oviedo, por la tarde el capitán Bonet va a mi despacho y me dice: no tenemos municiones. Yo quedé abrumado y se lo comuniqué a Belarmino y a los pocos minutos de tener estas noticias se lo dijo a Ambou ¿como es posible que nos encontremos en orden a municiones en esta situación?. Bonet a insistentes requerimientos mío de que hiciese un recuento de municiones recordaron que se había mandado 90 cajas a un sitio, que había muerto el que las mandó y ahora no se encontraban ¿como es posible que solamente conozca una persona el sitio y lugar en que ésta se guarda. Después a los dos días, estuve yo en Sograndio y me informé de las municiones y no sólo no era verdad que no había municiones sino que había cantidad suficiente en todos los fren-
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tes ¿es que no sabían que había un depósito en tal frente y otro en aquél? así andaba todo y la intendencia es algo verdaderamente terrible. Nosotros llevamos suministrando a Intendencia el 65 o 70% de los gastos de carne y tengo la seguridad de que en algunos frentes la comida es deficientísima, es escasa, pero no porque no se suministre a intendencia lo suficiente, sino porque no está organizada y no sabe lo que se va a mandar a cada frente. Desde el 18 de septiembre hasta ayer, se van desenvolsando 2176 sacos de harina, que dan 35.000 y pico de raciones a base de 300 gramos por cada ración y actualmente se sirven 40.000 raciones y ayer el encargado del Departamento de Comercio me decía que le había llamado por teléfono intendencia y luego Ambou comunicando que si no se duplicaba la ración de pan no se tiraría otro tiro en las trincheras. (Ambou dice que el no pudo comunicar eso por ser un disparate).
La tercera parte del harina de que se dispone los llevan los frentes, es decir, intendencia consumiendo más que el total del concejo de Gijón y si ahora fuesemos a mandar 600 gramos el resto de la población tendría que bajar, de 150 que ahora se da a 75, y de no haber llegado un barco como llegó no habría que suministrar por no quedar ya en Asturias ni un saco de harina. Yo he requerido a intendencia para que dijera a qué lugares iban esas raciones porque tengo la sospecha de que hay puntos en que se manda la comida con exceso y en otros con gran escasez.
En vestuario no digamos: Yo he pasado una carta a intendencia para que me diga cual es la cantidad de prendas que viene recibiendo de los distintos organismos que se dedican a la confección de ropas para Guerra, y no me extrañaría que no supiera decirme de manera precisa y completa la cantidad de prendas que hubiera requisado de los distintos pueblos de la provincia, o de diferentes comercios, pero de lo que recibe de un organismo debe quedar constancia allí. Y yo digo: necesita el departamento saber qué prendas ha recibido del Sindicato del Vestir y qué prendas ha entregado, pues bien, intendencia no sabe contestarme, no solo no me dice las prendas recibidas, sino que ni siquiera me dice que recibió la carta. Entonces me dirigí al Sindicato pidiendoles los datos y me contesta: monos 14.000; calzoncillos 17.000 y camisas 10.000, solamente en estas tres prendas y es de advertir que esto no arranca de un mes a la fecha, porque el sindicato del vestir se ha constituido pocos días después de venir el provincial aquí.
Se habla de la Fábrica de Lugones y todas las que trabajan para Guerra diciendo que deben estar dirigidas por Guerra y yo no se si eso será una necesidad. Por ejemplo en Lugones donde el capitán Bonet dio órdenes de dedicar las transmisiones de la Fábrica a la fabrica
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ción de correaje, según me dijeron, yo no se si será verdad, pero si lo es ¿cómo se va a entregar las fábricas a Guerra? para quedar a los cuatro días sin transmisiones?. Yo no culpo a Ambou de las deficiencias del Departamento de Guerra, son consecuencias de las dificultades con que hay que luchar para llegar a la coordinación de los diferentes organismos políticos y sindicales que intervienen en la contienda. Yo no pido que se haga una defensa del pasado, sino que nos pongamos en plan de organizar las cosas para que los gastos que se hagan en la Guerra rindan el mayor beneficio posible.
Hace uso de la palabra el compañero Turman [delegado de Industria, CNT] manifestando que sólo va a contestar lo que respecta a la industria, puesto que el resto ya fue debidamente aclarado y discutido.
He de decir -añade- que mientras yo esté en el Departamento de Industria no consentiré a Guerra que haga lo que se le antoje en las industrias sino lo necesario. Intendencia me mandó una nota firmada por Bonet diciendo que determinado número de fábricas debían de ponerse a disposición de Guerra, unas 14 entre talleres e industrias, y un día vino en coche el Comité de Fábrica de Lugones presentando una nota de Bonet en la que pedía a dicho Comité que hiciera entrega de las transmisiones de un Taller para llevárselas a Trubia o a otro sitio. En vista de ello llamé por teléfono a Lugones manifestando que no entregasen nada en absoluto sin que yo diese las órdenes. A continuación llamé a Bonet y le comuniqué lo que pasaba, diciendome que no era posible. Yo le dije que en efecto, a mí me extrañaba aquello pero que tenía ante mi vista una nota firmada por él que decía aquello y se la leí y como aquello no lo podía negar me dijo, hombre es que lo han equivocado lo que yo di orden para que entregasen eran correas viejas que no sirviesen para ver si eran útiles para lo que nosotros necesitábamos y yo le contesté que en ese caso no había inconveniente ninguno pero cónstele a Vd. que pongo a disposición de intendencia todas las fábricas de Asturias si son necesarias para trabajar para guerra, pero no consiento a Intendencia ni a Guerra que me desmantele las fábricas. En cuanto a la fábrica a que hizo referencia Ambou es la fábrica de llaves, un pequeño taller del que se siente gran necesidad porque hace cierta clase de trabajos y es el único que los hace en toda Asturias y pasó una nota militarizandolo. Yo entonces dije que era necesario y no lo entregaba pues Guerra puede coger un taller en otro sitio, presentandome entonces un peine de cargador de cobre, preguntando yo al Jefe de la Fábrica si había material para hacerlo contestandome que lo habría que pedir a Bilbao o Santander y que las piezas podrían salir a 55 cts. aproximadamente, oponiendome yo a que se fabricasen, exponiendo lo sucedido al Comité Provincial aquella misma noche quién me autorizó para no transferir la fábrica a
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Guerra y estimando yo que pudiera prescindirse de fabricar tales piezas dedicando algunas personas a recogerlas a medida que caían, acordandose que se hiciese lo posible por recogerlas. A los dos días me convocan los compañeros metalúrgicos para intendencia y entonces el capitán Bonet me da cierta clase de explicaciones y me presenta esto (muestra una pieza) exponiendole yo que no se hacían por las razones que dejo apuntadas y manifestando él que cuando caen en tierra se pisan y la misma tierra se les introduce y el material se oxida por lo que no serviría y yo le contesté que puesto que estos era de otra clase de material si lo había no se pondría inconveniente alguno para hacerlo y dí las órdenes oportunas para que fuese así aún cuando no estaba convencido de la precisión de hacerlas pero no quería ser un obstáculo para que mañana me echasen a mi las culpas de ningún género. Señala otros datos relacionados con órdenes dadas por Guerra sobre determinadas fábricas. De esta forma -dice- es como trabaja Intendencia y yo desde luego autorizo para que las fábricas trabajen para Guerra cuanto sea preciso, pero no que Guerra haga cuanto se le antoje en las fábricas. En Langreo (no se si dijo Langreo o Lugones) dí orden de no sacar las materias primas de la Fábrica porque si se autorizase la fábrica no podría trabajar lo menos en un año después de terminar esto toda vez que había 80 toneladas de lingotes hectolítricos y no quedan más que 6, habiendo desaparecido una barbaridad de cosas y todo por culpa de Guerra.
Hace uso de la palabra el compañero José García [Álvarez, PCE, delegado de Agricultura] diciendo que cuando nos encontramos ante una situación grave siempre se busca la forma de eludir la responsabilidad que pueda haber, viendo de encontrar siempre la cabeza responsable. Aquí sucede que se han ido recogiendo las cosas planteandoselas a Ambou todas de sopetón, con lo que él no puede estar de acuerdo. Aunque aquí se diga lo contrario, aunque se diga que no se pide responsabilidad para Ambou, la tiene, planteando la cuestión como se está planteando. Las cuestiones deben plantearse a medida que van surgiendo, porque yo, desde luego, no soy quien menos chillo en este sentido pero a medida que voy viendo las cosas voy diciendolas a quien corresponda, particularmente, pero no las traigo aquí todas de un golpe. Yo estimo que no se puede hacer responsable única y exclusivamente al Departamento de Guerra, ya que hay que mirar los lados positivos al igual que se miran los negativos. Yo creo que en todos los Departamentos tenemos algún lado positivo y alguno negativo y en un principio ninguno de nosotros, por no ser técnicos en estas cuestiones y no estar acostumbrados a estas cosas por salir estos días de hacer trabajos material, podía llevar las cuestiones todas como era necesario pero, poco a poco, yo veo que los departamen-
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tos van marchando, se van normalizando las cosas y también en el Departamento de Guerra y por eso digo que aquí no debemos tirarnos los trastos a la cabeza ni presentar todas las quejas de una vez, sino a medida que se vayan suscitando, especialmente en lo que respecta a Guerra puesto que tiene mucha más importancia que el resto de las cuestiones a pesar de que las otras son un suplemento muy importante para la guerra, diciendo esto a propósito de las cuestiones que se vienen planteando por parte de varios compañeros. Hace un mes nos hicimos cargo de los Departamentos, hoy los vamos encarrilando, mañana si pasamos a otros Departamentos tendrán que pasar otros quince días con las cosas entretenidas y entonces si que sería cuando sobre nosotros posase la verdadera responsabilidad, por lo que estimo que lo que se debe hacer es corregir los defectos que pueda haber y nada más.
En lo que a mi Departamento respecta, he de decir que tengo que salir todos los días a muchos pueblos y obligar y obligar que se hagan embarques de ganado teniendo que bajarlos a veces desde muy lejos hasta el f.c. y algunas veces a pesar de todos los trabajos que se realizan al día siguiente no llega el ganado, lo que demuestra que en ocasiones por muy buena voluntad que se ponga fallan las cosas. Lo que se debe plantear, por lo tanto, es el problema de ayuda de unos Departamentos a otros, corrigiendo las fallas que pueda haber y no el problema de acoplamiento de cargos.
El compañero Amador Fernández [delegado del Departamento de Interior, Justicia y Comercio, PSOE], pide, que después de lo que se ha hablado desistan de su actitud todos los compañeros y que Ambou procure atenazar lo necesario a los que están trabajando a sus órdenes para no incurrir en los mismos defectos; esto sin perjuicio de que se solicite de Madrid el envío de una persona de graduación superior a las que aquí hay, así como personal del Cuerpo de Transmisiones para organizar en las debidas condiciones el servicio informativo, a fin de que cada hora se sepa el desarrollo de cada operación.
El Presidente manifiesta que va a decir a Ambou lo siguiente: Que procure en todo momento no engañarse a sí mismo; que busque el amparo -que no le quepa la menor duda de que lo tiene- en todos los Delegados que forman parte de este Comité; que si precisase cualquier cosa de los Delegados de los diferentes Departamentos que lo pida, pues para la Guerra hay que darlo todo y ponerlo todo, no de una manera caótica, eso no, porque no se puede tirar en los frentes lo que precisa la población civil, pero que es necesario que coman todos los que están en el frente y la organización de intendencia es deficiente. Yo creo que Ambou en vez de dedicarse a la oficina exclusivamente no lo debe hacer sino que ha de buscar personal para eso, y él dedicarse a vigilar constantemente la intendencia, sanidad, transportes, etc., a fin de saber quien pueda ser el responsable de lo que ocurra. Porque, indiscutiblemente, Ambou tiene mucho entusiasmo pero cuando vamos al terreno de la verdad no hay nada eficaz y esto es gravísimo y de gran responsabilidad para todos y particularmente
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para el Departamento de Guerra. Ruego a Ambou por lo tanto que no escatime nada y he de significarle que todos los compañeros estamos a su disposición por lo que procede echar un velo al pasado procurando todos en absoluto ayudarnos unos a otros señalando las deficiencias que pueda tener cada uno, pues yo, por mi parte agradeceré que me avisen si voy por mal camino para rectificar. Hoy la responsabilidad mayor está en el Departamento de Guerra, el éxito de toda nuestra labor en el Comité Provincial está en el buen funcionamiento del citado Departamento. Si Ambou tiene pocos compañeros, o no son aptos o son insuficientes, búsquelos donde sea y como sea pero que le ayuden y así tendrá la seguridad que las cosas marcharán bien, y cualquier deficiencia que tenga con el Comisariado, con quien sea, la debe comunicar al Comité Provincial y así todos marcharemos admirablemente. Hay quien dice que hubo un día en que estaba recluida toda la gente de Oviedo en los Cuarteles y es verdaderamente lamentable que haya tenido que salir un loco del manicomio a avisar a los milicianos de que no había nadie, como en efecto resultó ser. Ahora hay que aprovechar la circunstancia que nos brinda los telegramas que tenemos en los bolsillos para hacer una labor eficaz, puesto que dentro de cuatro días, si no nos aprovechamos antes quizá vengan otra vez refuerzos a los facciosos y nos pudieran dar un disgusto que hay que evitar forzosamente. Se necesita que los compañeros que visten las tres estrellas estén con las fuerzas y las vigilen y cuando unos y otros no quieran cumplir con su deber se les aplique el Código Militar inmediatamente. No hay que tener apasionamiento, por parte de los unos ni de los otros.
El compañero Rafael [Fernández, delegado de Hacienda, JS, luego JSU] manifiesta que ni él ni ninguno de los compañeros han hecho cuestión principal ni batallona el acoplamiento de los cargos, habiendo en cambio otras cuestiones como los Comités de Guerra en los frentes, el Comisariado, etc., que si no se aprueban de una manera rotunda por lo menos debe verse la conveniencia de su estudio y de traer elementos militares.
Ambou dice que el otro día ya puso de manifiesto al Comisariado la necesidad de reunirse cada dos días y de trabajar como es debido.
Se levanta la sesión a las 9 de la noche”.
Y para que conste y en cumplimiento de lo acordado por el Sr. Fiscal Instructor de la Causa General de Oviedo en providencia dictada con fecha dos de junio de 1941 en la Pieza denominada “Actuación del Consejo General de Asturias y León”, extiendo la presente, dando cuenta al Instructor, en Oviedo a diez de dicho mes y año.(Rúbrica: Joaquín García Valdés)
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DILIGENCIA.- La extiendo yo Secretario para hacer constar que el día de hoy, queda unido a la Pieza Especial de la Causa General de Oviedo, denominada “Actuación del Consejo General de Asturias y León”, testimonio literal del acta a que se refiere la providencia fecha 2 del corriente.
Oviedo diez de junio de 1941.
(Rúbrica: Joaquín García Valdés)

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