En este primer vídeo después de comenzado el Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, quiero referirme a las preguntas enviadas por cinco cardenales al Papa y cuya respuesta se publicó el 2 de octubre. El Papa reafirmó la doctrina católica tradicional en los cinco puntos consultados, que eran: 1) la inmutabilidad de la revelación divina, 2) que no se pueden celebrar ceremonias semejantes a bodas para las parejas gays, 3) que la sinodalidad consiste en escuchar y no en ceder el poder; 4) que no se puede ordenar sacerdotisas a las mujeres y 5) que no se puede absolver en confesión a una persona que no se arrepienta de sus pecados.
¿Son ustedes de los que piensan que la Iglesia católica podría dividirse a causa de un cisma por las discusiones en torno al próximo Sínodo de los Obispos, que se celebrará en Roma del 4 al 29 de octubre? Soy Santiago Mata, les doy la bienvenida al canal Centroeuropa, y en este vídeo les mostraré que no, que no es nada probable que suceda un cisma, al menos no un cisma al estilo clásico como el de los protestantes; y la razón es que el papa Francisco lo ha organizado todo precisamente para que algo así no pueda ocurrir, mientras él viva y mientras se mantenga el estilo de gobierno papal que él ha inaugurado.
En el evangelio que se lee en la mañana del domingo de Resurrección, tomado del capítulo 20 de san Juan, se nos relata que san Juan esperó a san Pedro y le dejó pasar delante para inspeccionar el sepulcro de Cristo resucitado. De modo semejante, quiero reflexionar aquí sobre por qué los cristianos que a veces estén, o crean estar, adelantados respecto al Papa, deben tratarle con el mismo respeto con que Juan trató a Pedro y esperar a que sea él quien juzgue sobre los asuntos en que le compete juzgar.
Los obispos alemanes se dan siete meses de plazo antes de entregar su poder, según lo previsto en la cuarta asamblea del sínodo de aquel país, a un Comité Sinodal en el que ellos serán minoría. Esta noticia la publicó el 4 de abril la conferencia Episcopal alemana, concretando que el susodicho comité se constituirá los días 10 y 11 de noviembre de este año 2023, es decir, una vez terminada la reunión del sínodo de los obispos de la Iglesia católica en Roma, cuyo tema es la sinodalidad.
Un fastidio para los agoreros de herejías y cismas alentados desde la Santa Sede, pero entre las medidas propuestas por el Papa al Sínodo de la Amazonia (llamado en realidad Asamblea especial para la Región Panamazónica) nada fuera de la más estricta ortodoxia y fidelidad a la tradición: de hecho el papa Francisco comenzó definiendo la tradición con palabras de Gustav Mahler. Y entre las medidas una concreta: fomentar el acceso a los seminarios y al sacerdocio de los indígenas. Ni una palabra para referirse a los viri probati, aquello de los casados de los que podría echarse mano ante la falta de sacerdotes…
Segunda medida concreta: fomentar el celo apostólico, particularmente entre los jóvenes religiosos, que parecen menos celosos… Y el Papa propuso que dediquen un año de su formación a practicar en misiones. También para los que trabajan en el servicio diplomático de la Santa Sede propuso un año en misiones: pero no como pasantes de la Nunciatura, sino al servicio de un obispo.
También hubo peros y sugerencias para el «clero indígena», en concreto que no se dejen engatusar para trabajar en Europa: vale que hay que devolver el don de la fe (o de la predicación que la facilitó antaño), pero ojo con los africanos o de otros países que luego quieran quedarse en Europa atraídos por la vida en los países ricos… Y luego dicen que el Papa fomenta la inmigración.
Cierto que hubo una mención al estudio del diaconado permanente en la antigüedad, sobre el que dijo que no hay conclusiones acerca de si existió… Pero ojo, ¿descuido o propósito?, el Papa no concretó que fuera diaconado femenino. Solo dijo que las religiosas piden ser escuchadas, y que así se hará.
Sobre la mujer, y más bien en contra de la tendencia dominante (alias progre: ojo, dominante no significa mayoritaria), el Papa dijo que hay que reforzar su papel o el reconocimiento de su papel en la transmisión de la fe, y no limitarse a darles cargos.
Propuso el Papa fomentar las conferencias episcopales amazónicas «sectoriales», es decir incluidas en las de los países. Sobre todo, con su referencia a los medios de comunicación, pidió que la sociedad se haga cargo del DIAGNÓSTICO, cultural, social, pastoral y ecológico, que ha hecho este sínodo, es decir, que se queden con las ideas y propósitos de fondo, y no con las decisiones referidas a pequeñeces, incluso correcciones o reformas, que calificó de «eclesiásticas y no eclesiales» en la medida en que fijarse en ellas, y en si ganó un grupo frente a otro, es un despropósito.
Y aquí es donde el Papa atacó -por decirlo así- a las «élites católicas», a los que se permiten juzgar y criticar (y aunque no dijo que lo critiquen a él, a buen entendedor, pocas palabras bastan), y lo hizo con una cita de Charles Péguy que se había molestado en buscar y traducir él mismo, quejándose de quienes no tienen el coraje de estar con el mundo y afirman estar con Dios, pero en realidad no se atreven a comprometerse, es más, no aman a nadie y creen amar a Dios. Y luego dicen que el Papa es progre.