Un amigo y espectador me plantea el reto de explicar la crisis del Opus Dei “sin rollos jurídicos”. Soy Santiago Mata y les doy la bienvenida en el canal Centroeuropa a este intento de contar lo que está pasando con el Opus Dei, sin utilizar ni una sola vez palabras como Prelatura o Código de Derecho Canónico.
Me enfrento al triple reto de explicarles qué ha pasado con el Opus Dei, por qué se ha hecho eso y qué efecto puede tener en el futuro. Soy Santiago Mata, hoy es domingo 27 de agosto de 2023, y desde el canal Centroeuropa me permito traerles virtualmente hasta este lugar de Roma, llamado Torre Argentina, donde los arqueólogos han encontrado, al final de ese foso que ven a mi izquierda, el lugar exacto donde fue asesinado Julio César, primer emperador romano. Y es que aquí puede que nos encontremos también ante un caso de engaño o traición, aunque no vuelen los puñales.
La Iglesia del futuro será una Iglesia en la que no manden los curas. Una Iglesia mucho más parecida a la de los primeros cristianos, donde los protagonistas eran los laicos. Pero eso será solo si la propia Iglesia comprende bien el objetivo al que quiere llegar y los medios para lograrlo. Uno de estos medios, desde que nació hace casi un siglo, es el Opus Dei, al que recientemente el Papa ha impuesto determinados cambios. El alcance de esos cambios y si favorecerán o retrasarán el camino hacia esa Iglesia en la que los curas no manden, es algo que espero poderles explicar ahora.
¿Son ustedes de los que piensan que al papa Francisco le cae muy mal el Opus Dei, y que por eso ha equiparado, el pasado 8 de agosto, la Prelatura personal con una asociación clerical, dejando de esa forma fuera de la institución al 98% de sus miembros que son laicos? Pues si piensan eso han de saber que están muy equivocados, que el Papa Francisco ama sinceramente al Opus Dei y la labor que hace en la Iglesia, pero que ha tomado la decisión de cargarse jurídicamente la prelatura, ciertamente, eso es verdad, se la ha cargado porque piensa que esa es la única forma de salvar a la Iglesia frente a un cisma inminente.
Aquí un añadido y más abajo el resto del texto de vídeo: Quizá resulta exagerado decir que los laicos son descartados automáticamente. Lo que se discute no es la naturaleza secular o clerical, claro que sería problemático si se pretendiera atacar la secularidad y volver religiosos-consagrados a los laicos; cuando se habla aquí de clero se entiende clero secular, y en eso no hay cambio. Lo que está en juego es la naturaleza jerárquica o carismática de una institución (no tendría por qué oponerse, es la postura del Opus Dei, pero eso no se quiere admitir): si tiene poder en la Iglesia.
Entiendo que el Papa quiere dejar sentado que solo un grupo de personas, los obispos diocesanos, tienen auténtico poder jerárquico, todo lo demás son carismas, es armar lío, cantar y bailar, o santificar el trabajo si quiere, pero que no pretendan meterse en la jerarquía.
Toda esta operación la entiendo como una negación del carácter jerárquico de la prelatura. Así que si he remarcado que parezca quedar de lado el laicado de la prelatura, era más bien para decir que preocuparse por eso es luchar contra molinos de viento: una vez que asumáis que no mandáis ni formáis parte de la jerarquía -sería la postura papal-, organizaos como queráis.
Resulta poco laical que los laicos, y sobre todo las laicas, estén en una institución asimilada a una asociación clerical. Pero, insisto, lo importante no es el adjetivo clerical, sino el sustantivo asociación: aceptar que los carismas son asociativos. Claro que para el Opus Dei venía muy bien formar parte de la jerarquía ordinaria para que se viera que forma parte del plan de Dios para la Iglesia… Pero el Papa no lo entiende así.
En la práctica, entiendo que se puede dejar sobrevivir la Prelatura, pero con formas (y reglas) absolutamente asociativas, donde los compromisos se adquieren sin formalidades jerárquicas. Todo podrá continuar como ES, a nadie se le puede negar el derecho (asociativo) de vivir unas normas y costumbres junto con un grupo de personas a las que se asocia… En cambio, mantener a laicos, y sobre todo mujeres, en una Prelatura asimilada a sociedad clerical, cuando la doctrina que los miembros de la Obra han desconocido, pero era mayoritaria en derecho canónico (y que ahora el Papa rubrica), consideraba a las prelaturas cosa de curas, equivaldría a rebelarse contra lo que se pide.
Es mejor que se queden en la prelatura los curas y seminaristas y que los laicos se integren en una asociación a cuyo servicio estén los curas. Si no se entiende dentro de la Obra como una ofensa al fundador y al beato Álvaro, se podría incluso disolver la prelatura y dejar la asociación clerical (Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz), en la línea de lo que ha dicho el prelado: los laicos son la razón de ser y son miembros vocacionales de esta FAMILIA SOBRENATURAL, que incluye una prelatura, pero que sería un estorbo si la gente entiende que los laicos están al servicio de los curas.
Les saluda Santiago Mata para intentar explicar por qué me parece que la expropiación, por así llamarla, del Santuario de Torreciudad, en Huesca, España, muestra que para el papa Francisco el Opus Dei ha dejado de tener personalidad jurídica propia, al menos la que tenía como prelatura personal y, en la práctica, pasa a ser un organismo en cuyas actividades deben imponer su autoridad los obispos diocesanos.
Intentaré examinar las opciones de reforma del Opus Dei como respuesta a lo pedido por el papa Francisco en el Motu Proprio Ad charisma tuendum de fecha 14 de julio de 2022. Me van a permitir, sin embargo, que les adelante mi punto de vista sobre esta cuestión que puede parecer una maraña de nudos como esos que desata la Virgen desatanudos -o Maria Knotenlöserin, cuya imagen está en Sankt Peter am Perlach, cerca de Augsburgo, a la que, por cierto, tiene mucha devoción el papa Francisco.
Con todos los matices que se quiera, el asunto se puede resumir en que, para algunos, el Opus Dei funciona de una manera excesivamente independiente, lo que puede conducir a la falta de solidaridad. Y esto no parece adecuado en unos tiempos de crisis en que la Iglesia exige que todos se remanguen y remen juntos, lo que se refleja en expresiones utilizadas por el papa Francisco como Iglesia en salida, atención a las periferias, salir en busca de la oveja perdida, etcétera.