El supuesto mártir de Siétamo era un miliciano Ernest Alós aclara que el personaje fotografiado por Juan Guzmán en Siétamo era un miliciano y no el mártir que da a entender la Agencia EFE


El periodista Ernest Alós parece haber mostrado fuera de toda duda razonable que el personaje fotografiado por Juan Guzmán en el frente de Siétamo en agosto de 1936 no es un sacerdote poco antes de ser martirizado, sino un miliciano, probablemente de la columna Carlos Marx que asediaba ese pueblo oscense.

Foto tomada por Alexander Wainman el 23 de septiembre de 1936.
Foto tomada por Alexander Wainman el 23 de septiembre de 1936.

El error está en el propio pie de foto que sigue publicando la agencia EFE, que compró parte del fondo documental después de la muerte del fotógrafo. Al incluir esa foto como portada de mi libro Holocausto católico, en el archivo de EFE se me indicó que el pie de foto estaba escrito a mano por el propio Guzmán y que el fotógrafo escribía los pies después de hacer las fotos, por lo que no cabía pensar que hubiera error… Pero lo había, y no solo ese.

En el momento en que publiqué el libro (2013) era común la identificación del fotografiado con el mártir Martín Martínez Pascual, asesinado en Valdealgorfa (Teruel) el 18 de agosto de 1936. Isidro Catela, entonces jefe de prensa de la Conferencia Episcopal Española, me advirtió (ya publicado el libro) que en la congregación a que pertenció Martín Martínez Pascual (Sacerdotes Operarios Diocesanos) negaban esa identidad, motivo por el que, al día siguiente de la beatificación de Tarragona (13 de octubre de 2013) me acerqué a ese pueblo y hablé con una sobrina del mártir, quien me proporcionó una foto de Martín Martínez Pascual que, a simple vista sirvió a un afamado forense para opinar que ambas personas no eran la misma.

La sobrina me dio entonces también otra clave que no he publicado hasta ahora pero que quizá sea decisiva: que fue en torno a la beatificación de su tío, en 1995, cuando el párroco del pueblo encontró similitud entre esa foto y el beato, e imprimió unas estampas con esa foto. Puede ser ese el origen o solo un episodio más de la confusión. En todo caso, no parece que la identificación fuera «temprana» como dice Alós.

Después estuve en Siétamo, comprobando que el fondo de esa foto muestra unas montañas lejanas, y probablemente el Gratal, y no las colinas que hay en Valdealgorfa: Martín Martínez Pascual fue sin duda asesinado en su pueblo ante muchos testigos y en cambio la foto no pudo ser tomada allí. Además, el fotógrafo Guzmán se movió en agosto en torno a Siétamo-Bujaraloz, pueblo donde estaba el día 14 con Buenaventura Durruti, y no parece fácil que se hubiera podido desplazar el día 18 a Valdealgorfa (150 km al sur): y aunque lo hubiera hecho, el fondo de la foto es una prueba irrefutable.

Otro punto importante es que Guzmán llevaba en España desde 1933 (no era como dicen muchos un brigadista internacional recién llegado); él no habría podido olvidar dónde estuvo.

Lo decisivo para descartar que sea un sacerdote u otro mártir, es que, según relata Alós, este personaje aparece en otra foto hecha por un inglés, Alexander Wainman, que acaba de ser publicada en el libro Live Souls, de su hijo Serge Alternés. Según esta foto, el personaje seguía vivo el 23 de septiembre, junto al Castillo de Pompién, al lado de Pompenillo, y con cartucheras y uniforme republicano. Por tanto, ni era sacerdote ni lo mataron. Agradezco a Ernest Alós que me haya enviado la foto.

En su día ya hice saber a la editorial que había que deshacer el equívoco de identificación con Martín Martínez Pascual; ahora habrá que corregir la suposición de que sea un mártir. A cada uno lo suyo, aunque los mártires no fueran de bando alguno, no se puede confundir la imagen de un miliciano con la de un mártir, como digo, sin juzgar lo que cada cual hiciera.

El error de EFE se lo explica Alós, según me escribe en fecha de hoy, porque «no se trata de una colección de fotos positivadas con copias en papel, y un pie individual para cada una de ellas, sino un archivo de negativos, con cuatro notas sobre el contenido de cada rollo en conjunto. A la hora de archivar en Efe, en torno a 1990, utilizaron las notas de Namuth para adjudicar un pie a cada imagen. En descargo de los de Efe, en ese rollo es difícil pensar que otra foto pueda corresponder a esa descripción».

Indicio de que no había pie del autor para cada foto es la fecha genérica de 1 de agosto para todas las fotos de Siétamo, cuando algunas son posteriores a la caída del pueblo en manos republicanas, en concreto las del desentierro y quema del cadáver de un guardia civil que se les había resistido (y que yo no sabía, pero dice Alós, que era el padre del cardenal Javierre). Permanece, para mí, en el misterio, si Guzmán fue testigo de un martirio y conservó foto de la persona asesinada, si la foto fue censurada o se la quedó Guzmán, como pareció hacer con las del «desentierro» de Javierre, hechas medio a escondidas, quizá por estar en desacuerdo con esa profanación.

También aquí a cada uno lo suyo, sería deseable que quienes no quieran tener devoción a los mártires, no acusen a quienes la tienen de haber manipulado la imagen del miliciano: es un error causado bien por el fotógrafo, bien por la familia, o por la agencia EFE, y la posterior identificación con Martín Martínez Pascual, otro error, pero ya diferente y más fácil de subsanar.

 

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