Cuadro de Santiago en la parroquia de San Andrés en Villaverde (Madrid).

Santiago el Verde y la Virgen de Atocha, la historia sepultada por la M-40 ¿Quién se acuerda de que Villaverde recibe su nombre de la ermita de Santiago el Verde, donde se instalaron caballeros tras la reconquista de Madrid?


Escondido sobre la puerta del campanario, en lo que podríamos llamar nave izquierda de la iglesia conserva la parroquia de San Andrés en Villaverde Alto (hoy parte de un distrito de Madrid, aunque más grande que el 90% de las capitales de provincia españolas, como para hacer caso de las quejas de los catalanes), conserva digo la huella de su vínculo con el Apóstol Santiago, cuya fiesta hoy celebramos.

Aunque nadie en la parroquia sepa qué pinta allí ese cuadro (ni quién lo pintó), parece evidente que es lo único que (que se sepa) se conserva de la ermita de Santiago el Verde, donde se instalaron caballeros de Santiago para proteger Madrid al poco de reconquistada la ciudad. En esta ermita, situada en una isla rodeada por el Manzanares, se celebraban las fiestas más importantes de Madrid, con una romería el 1 de mayo (hasta el siglo XVI la celebraban solo los habitantes e Villaverde como romería de Santiago y San Felipe; y al degradarse la ermita se pasó a la isla del Sotillo como Fiesta de Santiago el Verde o día del Sotillo), hasta que los reyes o los madrileños se volvieron vagos de remate, y no queriendo bajar tan al sur por la ribera del Manzanares, se quedaron en la pradera de San Isidro.

La ermita se abandonó y,  a pesar de que se había construido sobre una antigua villa romana, sus restos fueron sepultados por el supernudo sur de la M-40 a la altura del Tanatorio. Entremedias, debió haber allí una atalaya musulmana, lo que da nombre al cerro de la Atalayuela en Mercamadrid. Epifanio Alcañiz, sin embargo, piensa que la ermita estaba construida en la zona actualmente en torno a la Caja Mágica.

La talla de la Virgen allí venerada había desaparecido hacia 720 con la invasión musulmana, pero apareció en un atochar o campo de esparto, y por eso es la Virgen de Atocha. Al derruirse la ermita en el siglo XVII, la campana pasó al reloj de la Villa. Villaverde, por lo que parece, solo se quedó con el cuadro de Santiago, si es que estaba en la ermita, o si no lo pintaron en época en que aún se conservaba la devoción al Patrón de España e incluso el recuerdo de que su ermita dio nombre a esta villa hoy reducida a barrio.

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