Esperanza Aguirre, jefa del PP madrileño durante muchos años y confesa "anglomaníaca".

Algunas locuras del bilingüismo (inglés) en la enseñanza La obligación de impartir materias en inglés so capa de bilingüismo supone cuando menos un enorme despilfarro de talento y dinero


Una profesora norteamericana comentaba recientemente que le parecía inútil estar dando clase de inglés. Naturalmente, no en absoluto, sino en su circunstancia, es decir, en uno de los institutos madrileños donde también yo he estado dando clase este curso. Decía que esos niños nunca iban a necesitar el inglés que supuestamente les enseñaba.

Otro profesor, este español, corroboraba la afirmación de la norteamericana asegurando que de 100 alumnos, solo 10 irían a la universidad, y solo uno la aprobaría.

Naturamente, no todos los institutos de la Comunidad de Madrid en que se ha instaurado el supuesto bilingüismo -es decir, el intento de dar buen número de materias en inglés- estarán en la misma situación. Pero lo que yo puedo certificar es que ni en este curso ni en el anterior he oído a ningún profesor elogiar el supuesto bilingüismo impuesto por decreto de la señora Esperanza Aguirre.

Para atenerme a los hechos y no juzgar lo que desconozco en tema tan delicado, aporto dos datos más. Hoy mismo me despedía de un profesor de educación física y este me explicaba que el próximo curso seguiría en el instituto, pero al siguiente tendría que irse porque no tiene la cualificación para dar clase en inglés. Esto en un profesor que destaca por las actividades extraescolares que organiza: excursiones, competiciones, y pasar las tardes en el instituto jugando con los alumnos.

Una de las profesoras que este año se va del instituto me comentaba que estuvo 10 años de interina y, ya con contrato fijo, otros 13 sin plaza en propiedad hasta conseguirla ahora, por fin, en un instituto cercano a su domicilio donde, por arte de magia, hay una sección no bilingüe. 23 años «castigada» por no dar la clase en inglés.

Hoy tuvimos el claustro de fin de curso y entre las fortalezas y oportunidades que, según resumía el director, habían indicado los profesores que tenía nuestro instituto, estaba la dedicación y profesionalidad de los profesores, etc… pero nadie mencionó, por lo que parece, que el inglés (o el supuesto bilingüismo) representara un valor… Sí, entre las amenazas mencionó el que desde otros centros de enseñanza de la misma localidad hubiera una campaña contra el bilingüismo; por eso no entro yo en el fondo de la cuestión, o mejor quiero sobre todo resaltar estos datos, pero solo para que no caigan en el olvido, no para tirar piedras contra el propio tejado.

Aprender idiomas es estupendo, yo hablo varios, ninguno lo he aprendido en el colegio sino por necesidad, pero ni afirmo ni niego que se puedan aprender idiomas en la escuela. Lo que digo es que, entre los retos a que hacía frente el instituto, en el claustro se mencionó la incultura general, la falta de educación cívica y meramente social, y hasta la falta de respeto por valores elementales y por la autoridad, etc., como fallos de las familias que el instituto debía tratar de suplir.

No es que yo diga que el inglés se quede para los niños ricos, no… que se quede para los que sepan y sean capaces de aprovecharlo, y lo vayan a necesitar. Los padres de nuestra localidad apuntan a sus hijos a clases de defensa personal y artes marciales… Ni quito ni pongo, constato que los niños en inglés aprenden la mitad de la mitad, y que con toda la buena intención del mundo se les ha perjudicado. Igualdad de oportunidades, pero no tirar el dinero a mansalva a ver si alguien lo recoge.

Olviden si quieren el párrafo anterior, pues toda opinión es matizable. Pero los tres casos de los tres profesores citados me parecen injusticias palmarias, porque es desperdiciar talentos y negar oportunidades y derechos a los profesores, no en base a necesidades reales y posibilidades reales de solucionarlas, sino a un prejuicio ciego, que además no es correspondido, porque díganme ustedes cuánto profesores en el Reino Unido perderán su plaza o no podrán aspirar a una… por no hablar castellano. Es que los españoles cuando no tenemos problemas nos los inventamos. Pero los tenemos y seguimos mirando a otra parte. O eso me parece.

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